Lunes, 4 de abril 2022, 14:01
La boda suele ser el día más especial de una pareja, aunque en el caso de dos enamorados japoneses puede convertirse en algo rutinario. Al fin y al cabo, ambos decidieron divorciarse cada tres años para posteriormente volver a casarse.
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El motivo no es disfrutar cada poco tiempo de días libres o una luna de miel, sino una polémica ley que impera en su país y que obliga a que las parejas elijan un único apellido, que será el que utilicen después de contraer matrimonio. En este caso, como no se ponían de acuerdo, encontraron esta solución.
Según explica la página web Oddity Central, la mujer quería mantener su apellido de soltera y su marido no quería dar su brazo a torcer. Una solución que agrada a ambos, pero que puede ser liosa durante el día a día por el papeleo que conlleva cada poco tiempo.
Otras parejas han optado por no registrar sus matrimonios para poder seguir conservando sus apellidos, pero ello acarrea consecuencias, por ejemplo, en materia de derechos parentales y hereditarios.
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