Lunes, 4 de julio 2022, 21:30
Por mucho que algo sea costumbre, no significa que vaya a ser bueno. Esta teoría se cumple en muchas situaciones, pero es una que está relacionada con la limpieza de nuestra cocina la que nos ocupa en este artículo.
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Gran parte de las personas al fregar los platos o previo a su paso por el lavavajillas, tienen el hábito de aclarar los platos y los demás elementos de la vajilla en el fregadero. Esta práctica puede provocar uno de los actos menos agradables que se pueden dar en términos de suciedad en la cocina, que el fregadero se atasque.
Siempre se ha dicho que es mejor prevenir que curar y en este caso no iba a ser menos. En lugar de acudir a última hora con desatascadores o productos parecidos, es mejor quitarse la costumbre de arrojar ciertos alimentos por el desagüe, aunque sea lo más cómodo. Los alimentos en cuestión son los siguientes.
El arroz es uno de los alimentos más peligrosos para las tuberías si lo tiramos por el fregadero. Es capaz de absorber gran cantidad de agua, por lo que podría expanderse y evitar que las cañerías sigan su curso normal. Para evitar esto, es preferible descartar el arroz que no vayamos a consumir en la basura antes de aclarar el plato.
Aunque pueda parecer lo contrario, existe una gran posibilidad de que estas comidas sean muy perjudiciales para las tuberías. El almidón que poseen estos platos puede facilitar que se atasque el desagüe, por eso es preferible depositarlos en el contenedor de restos orgánicos.
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Si las cremas y los purés era algo que no se podría esperar, el aceite sí que es conocido por no llevarse bien con las cañerías. Las grasas del aceite es el elemento más dañino y que más posibilita que se bloquee el fregadero. Es preferible reutilizarlo o reciclarlo, y si esto no es posible, deberemos quitar los restos con papel de cocina antes de lavar el utensilio en cuestión.
La mezcla del harina con el agua forma una pasta que impedirá el correcto transcurso por el interior de las tuberías. Controlar que este producto no se vaya por el desagüe en grandes cantidades nos ahorrará muchos problemas.
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La cáscara del huevo al romperse forma piezas que en ocasiones están afiladas. El paso de los fragmentos por las tuberías puede hacer que se incrusten en las ranuras de estas y formen una barrera para el agua y los otros desechos que vayan por las cañerías. El cubo de basura deberá ser siempre el lugar elegido para desechar las cáscaras de huevo.
Con las cáscaras de frutas y verduras pasa algo parecido a las cáscaras de huevo. Al pasar por el desagüe estas pieles se pueden acumular en forma de pasta y hacer que se atasque. El contenedor orgánico volverá a ser la opción idónea para tirarlas.
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Restos de té y café
Por último, tenemos a los restos del té y del café. De la misma manera que ocurría en alimentos anteriores, estos restos junto al agua forman una masa que funcionará como muro dentro de las tuberías. De nuevo, el contenedor orgánico es la mejor forma de desecharlos.
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