Viernes, 12 de agosto 2022, 13:54
El vino es una de esas bebidas ideales para muchos contextos de la vida. Ya sea en una salida con amigos, en una reunión familiar, en cualquier comida o de forma solitaria, el vino es un compañero perfecto.
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Todo lo bueno que tiene el vino puede acarrear algo no tan positivo si se nos derrama sobre una prenda. Algo completamente desagradable que te hará comerte la cabeza para poder quitar esa mancha roja. Para que esto no te suceda y deje de ser un problema, te dejamos una serie de trucos con los que poder quitar la suciedad provocada por el vino.
La sal de mesa que usamos en todas nuestras comidas puede ser ideal para eliminar la mancha de vino. Tendremos que procurar usarla poco tiempo después de que se produzca la mancha y nos ayudará a absorber la humedad del vino y que este no se esparza más de lo debido. El proceso es simple entonces, ponemos sal sobre la mancha, dejamos actuar unos minutos y listo.
Muchos consideran esta opción como la mejor y es que, aunque parezca mentira, el vino blanco es perfecto para quitar las manchas del tinto. Para lograr el efecto habrá que empapar de vino blanco un trapo limpio o una esponja y dar pequeño toquecitos sobre la suciedad en cuestión. No debemos restregar la mancha si no queremos que esta se extienda. Tras esto dejamos que actúe un rato y lavamos la prenda con agua y jabón.
Si eres una de esas personas que recurre usualmente a internet para buscar trucos de limpieza sabrás que el bicarbonato de sodio aparece en la gran mayoría de ellos. Este químico los usaremos esta vez para complementar el truco anterior si la mancha es de una complejidad importante. Después de haber puesto el vino blanco sobre la mancha y que haya actuado durante un buen rato, aplicamos encima una pasta espesa preparada a base de bicarbonato y agua y lo dejamos algunas horas, siempre procurando que se mantenga húmeda la zona. Solo nos quedaría lavar la prenda cuando haya finalizado este proceso.
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Este consejo viene para aquellas manchas que ya se han secado y que, por tanto, son más difíciles de eliminar. La leche es una buena opción y para que funcione hemos de calentarla en un recipiente e introducir la prenda en remojo. Lo dejamos actuar hasta que apreciemos que se va yendo la mancha poco a poco. Al finalizar, lavaremos la prenda de forma normal.
Si todos los métodos anteriores no te han servido de nada, este truco es más agresivo y solo habrá que recurrir a él sino nos queda otra. Para ello haremos una disolución con las siguientes proporciones: 5 partes de agua, 1 parte de agua oxigenada, 4 partes de amoniaco. Removemos la mezcla y metemos la prenda manchada. Se deja unas horas en remojo y después se aclara con agua abundante. Una vez hecho esto, podemos lavar nuestra prenda de manera normal.
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