Coche en una carretera Pixabay

Vacaciones: las averías más frecuentes en los coches

Claves para protegerlo de las altas temperaturas del verano

Martes, 30 de julio 2019, 13:59

Cuando nos vamos de vacaciones, preferimos hacerlo con el coche. Viajamos más cómodos y podemos parar cuando lo necesitemos, a parte de que si estamos en un lugar y queremos ir a conocer otro, nos resulta más fácil porque no dependemos de horarios de autobuses o trenes.

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Sin embargo, existe un factor de riesgo cuando vamos en coche, el sol. Durante las vacaciones, suele estar día y noche aparcado en la calle porque a donde vamos no hay garaje o porque salimos por ahí a comer y no hay otro sitio donde dejarlo. Esto le afecta al vehículo por las altas temperaturas y el ambiente húmedo y arenoso de la costa. Otro factor de riesgo puede ser el sobrecalentamiento, en trayectos largos o atascos, el motor se puede calentar demasiado y afectar al coche o a la conducción.

Según RACE, el problema con las baterías, neumáticos y motor son las principales causas de asistencia en carretera y se deben a las altas temperaturas del verano, por el mal mantenimiento del vehículo o su antigüedad.

Para minimizar daños, nos recomiendan hacer una revisión previa salir de vacaciones. Para evitar sobre cargas, hay que vigilar el estado del aire acondicionado y de la climatización.

Otras averías causadas por el sol

Si el coche tiene un mal mantenimiento o es demasiado antiguo tiene más riesgo de sufrir problemas por el sol. No sólo afectan al motor y a la batería, hay muchos otros casos.

Pintura. Es la más afectada por la radiación solar directa. Los colores que se ven afectados en mayor medida por la pérdida de brillo y tono son el rojo, el amarillo, el negro y el blanco. Previendo la dificultad de aparcar en sitios en sombra cerca de la playa, lo más aconsejable es aplicarles ceras protectoras. Estas ceras son recomendables también en invierno, ya que, además de la radiación, les protege de la contaminación y las manchas más habituales.

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Ruedas. Los neumáticos sufren en gran medida bajo la exposición directa del sol, pues no solo se calienta la goma, sino el asfalto, y esta unión puede incrementar hasta 10ºC la temperatura de la rueda. La pérdida de presión que sufren, además, incrementa las posibilidades de sufrir pinchazos, algo muy importante a tener en cuenta mientras se está en carretera. El mal asfaltado de las carreteras con trazada irregular aumentaría el riesgo. Por ello, aprovechar para realizar el cambio de neumáticos antes de las vacaciones puede ser una buena opción.

Molduras, faros y pilotos. Las molduras y las gomas de las juntas de puertas y maleteros también pierden sus propiedades, se resecan, adquieren un tono blanquecino y pueden llegar a agrietarse. Sobre todo, las escobillas del parabrisas. Los faros y pilotos de plástico también se resienten pierden su brillo y se vuelven más opacos. Colores como el rojo podrían variar la gama cromática hacia el amarillo o el blanco. También el desgaste de las juntas de caucho al sol pueden llegar a abrirlas permitiendo que entrase el agua en el habitáculo.

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Los cristales y el salpicadero. Se trata de la zona del interior del coche prácticamente más afectada por las altas temperaturas. Junto a la bandeja trasera, asumen toda la radiación solar potenciada por la radiación directa de los cristales. La forma de protegerlos es el utilizar el accesorio más clásico del verano: el parasol. Además, es importante revisar el estado de los cristales antes de exponerlos a largas jornadas bajo el sol, pues si las lunas o las ventanillas tuvieran algún tipo de micro-daño, los cambios de temperatura podrían abrirlos, y ese tipo de reparación de cristales es el más difícil.

Pastillas de freno y componente electrónicos. El sobrecalentamiento en las pastillas de freno produce la pérdida de la eficacia en la frenada. Este hecho se denomina fading. Para evitarlo lo mejor es invertir en pastillas de freno de calidad. Por otro lado, los elementos electrónicos de los vehículos pueden empezar a fallar cuando se superan los 50 grados, temperatura a la que es fácil llegar cuando el vehículo se pasa varias horas bajo el sol.

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Motor y batería. Las altas temperaturas hacen disminuir el oxígeno del aire, lo que hace que se produzca menos combustión en los cilindros y afecta al rendimiento del motor. El fallo de la batería por calor extremo es uno de las averías habituales en carretera que hace que en ocasiones no vuelva a arrancar el coche después de hacer alguna parada en gasolinera o zona de descanso.

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