Puente de Requejo. P.M.R.

Una visita al vecino. Cinco lugares mágicos (y no tan conocidos) de Zamora

Provincia hermana con la que compartimos tradiciones, espacios naturales como las Arribes y un vínculo que va más allá de la simple vecindad. Desconocida en ocasiones, ofrece rincones de excepción

Miércoles, 9 de octubre 2019, 11:48

Siempre se suele decir que todos deberíamos conocer lo que tenemos más cerca. Aquello que está tiro de piedra. Eso no está reñido con viajar al otro lado del mundo y abrir la mente descubriendo nuevas culturas y países. Pero nunca tenemos que perder de vista que, más cerca de lo que parece, nos esperan las sorpresas más hermosas. Salamanca es un buen ejemplo de provincia con una variedad monumental, natural y cultural soberbia. Pero nuestros vecinos no le van a la zaga. Zamora, por ejemplo, es un destino ideal para realizar excursiones de un día. Su románico, espacios naturales como las Arribes (ellos hablan los denominan los Arribes), las Lagunas de Villafáfila o el Lago de Sanabria y localidades con encanto como Toro o Puebla de Sanabria. A esto hay que añadir una rica gastronomía que quita el sentido a cualquiera. Vamos a hacer un viaje por nuestra provincia vecina (y hermana) a rincones muy especiales, pero no tan conocidos por el gran público.

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Iglesia de San Pedro de la Nave

A una hora de Salamanca y a orillas del embalse de Ricobayo se levanta una joya con mayúsculas. La iglesia visigoda de San Pedro de la Nave es una de las últimas obras de arte visigodo que se construyeron en la península antes de la invasión musulmana. Se encuentra en un estado de conservación magnífico gracias a su reciente restauración, aunque estuvo a punto de quedar sumergida bajo las aguas del embalse de Ricobayo. Afortunadamente fue trasladada en 1930 a la actual ubicación. Tiene una planta rectangular, de la que sobresalen el ábside cuadrado de la cabecera, dos aulas rectangulares en los extremos y un porche.

Cascada de las Pilas

También a aproximadamente a una hora de la capital salmantina, se encuentra la localidad de Almaraz de Duero. Tomando el camino que desciende entre campos de cultivo al Duero, llegaremos a un punto donde el paisaje cambia completamente. La llanura de la Tierra del Pan se transforma en un escenario agreste donde el Duero comienza a dibujar poco a poco esas Arribes que aparecerán en toda su esencia a medida que el curso del río vaya avanzando. Junto a las ruinas de una mina de estaño abandonada, vemos casi oculta en una oquedad la cascada de las Pilas. Lo correcto es hablar en plural, porque son una sucesión de cascadas que en época de lluvias presentan una imagen espectacular.

Para acceder a la parte superior de las cascadas hay que atravesar un túnel de unos 70 metros que le da un carácter más seductor a la ruta. Eso sí, se recomienda llevar linterna y caminar con precaución.

Puente de Requejo

Adentrándonos en los Arribes zamoranos llegamos al puente de Requejo, una de las construcciones más singulares que se pueden ver en Castilla y León. Fue obra del ingeniero José Eugenio Ribera y sirve para unir las comarcas zamoranas de Sayago y Aliste entre las localidades de Pino del Oro y Villadepera. Se trata de un puente con un único arco que significó toda una revolución para la época (principios del siglo XX). Recuerda a las construcciones de Eiffel y sus discípulos, como el puente Luis I de Oporto y recibe el nombre de Federico Requejo, el director de Obras Públicas que se empeñó en hacer realidad este proyecto. Existen dos miradores, a uno y otro lado del puente, para apreciarlo de forma completa.

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Monasterio de Santa María de Moreruela

La orden cisterciense dejó en España un buen número de monasterios. Uno de los primeros se levantó en la localidad zamorana de Granja de Moreruela. Allí se puede visitar el monasterio de Santa María de Moreruela o, mejor dicho, lo que queda de él. Es de estilo románico con detalles góticos y tres naves con amplio crucero. Las sucesivas desamortizaciones y el abandono provocaron que las cubiertas se vinieran abajo. Hoy se pueden recorrer esas ruinas en las que aprecia perfectamente la girola, la parte más antigua del monasterio. Es el lugar por el que caminaban los peregrinos y un elemento fundamental de las construcciones románicas. Muy cerca de este monumento tenemos las Lagunas de Villafáfila, uno de los mejores espacios naturales de Castilla y León para el avistamiento de aves.

Desembocadura del Esla y cascada de Abelón

Volvemos a los Arribes para mostrar otro de esos lugares de ensueño que ofrece la provincia de Zamora. A poco más de una hora de Salamanca se encuentra Abelón de Sayago, un pequeño municipio del que parte una de las rutas más bellas de la provincia vecina. Tiene sólo 7,7 kilómetros y una dificultad baja. Entre retamas, jaras y lavandas, descendemos rumbo al Duero para encontrarnos con la cascada de Abelón. Se trata de una caída de agua en el punto donde el arroyo de la Cunca desemboca en el Duero.

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Un poco más adelante, contemplamos otro espectáculo, el del río Esla acabando su recorrido de 287 kilómetros para brindar sus aguas al Duero. El mejor lugar para divisar la desembocadura, es la antigua ermita de San Vicente, de la que sólo queda un pequeño campanario sin campana colocado en una de las grandes rocas graníticas que se encuentran diseminadas por el camino.

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