Las cascadas de hielo más altas de Salamanca

El desplazamiento hasta esa zona de la Sierra de Béjar y Candelario se realiza en coche hasta la primera plataforma de El Travieso. Allí, una señal de “Prohibido el paso” advierte que se trata de una carretera sin mantenimiento en invierno y que, en caso de accidente, el conductor es el responsable y se expone a una multa.

Por ello, la ruta incorpora dos kilómetros a pie desde la primera plataforma hasta la entrada ubicada frente a una explanada de aparcamiento que, al no ser un aparcamiento ‘oficial’, es posible encontrarse con alguna sanción por parte de la Guardia Civil.

El acceso a Los Canalizos se ubica en esa última curva de la carretera entre la primera y la segunda plataforma.

Para llegar a ese rincón, es necesario caminar por un sendero señalizado con hitos durante aproximadamente 1,5 kilómetros por terreno de montaña. Eso significa que lo recomendable es llevar calzado apropiado para ese terreno y, en los meses de frío, incluso utilizar equipación de invierno como crampones o raquetas para poder caminar sobre la nieve y el hielo.

El camino de llegada a Los Canalizos ofrece, además, unas espectaculares vistas de esa cara de la Sierra salmantina para ir abriendo boca antes de llegar a los acantilados congelados.

El camino alcanza una planicie que permite disfrutar de Los Canalizos con su altura y su belleza, que aumenta en invierno con las cascadas de hielo que se forman cuando el agua desciende por ellos y se congela debido a las bajas temperaturas. Ese paraje es muy utilizado por los amantes de la escalada en hielo ya que cuenta con 19 líneas con 30 metros de altura y, por tanto, ofrece una experiencia espectacular tan solo recomendada para personas con destreza y experiencia previa en ese deporte de riesgo.

Ese lugar es conocido en el mundo deportivo por ser un buen lugar para el entrenamiento aunque, en ocasiones, se encuentra algo masificado por la creciente afición a la escalada en hielo.