La Inmaculada, pintada en 1635.| ALMEIDA
San Agustín, de Rubens. | ALMEIDA
San Genaro, de Ribera, de 1636.| ALMEIDA

La Purísima, una joya artística llena de emociones en el corazón de Salamanca

La Inmaculada Concepción, de Ribera, puede ser contemplada a diario por salmantinos y turistas

Domingo, 20 de junio 2021, 11:21

Cualquier momento es bueno para adentrarse en la Purísima, que en el corazón de Salamanca puede presumir de ser una iglesia-pinacoteca con obras de grandes maestros, como José Ribera con su Inmaculada Concepción de 1635, que nos emocionan a todos cinco siglos después de ... ser pintada.

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Abierta al turismo a diario, de 11:00 a 14:00 horas y de 17:00 a 20:00 horas, sus sacristanas ayudan a los visitantes con sus explicaciones a apreciar sus maravillas, contando detalles adicionales a quienes elevan su vista al retablo mayor y al resto del templo. Los fieles, además, tienen la oportunidad de acudir a la misa diaria de las 20.00 horas de lunes a viernes y a las 12.00 en domingos y festivos.

En el retablo hay varias obras de José Ribera. Junto a la Inmaculada, muy conocida pero no nos cansamos de admirar y que fue modelo para gran parte de los pintores del Siglo de Oro, se encuentran también una Piedad (coronando el retablo y sobre la virgen) del mismo pintor español, igual que San Genaro y San Agustín, que se hallan en el crucero, y son también de Ribera. También se encuentra en el retablo el “San Agustín meditando sobre el misterio de la Santísima Trinidad”, de Rubens que fue traído de Flandes por el VII conde de Monterrey.

En el resto del templo hay obras de Reni, Lanfranco, Borzone, Stanzione y Bassano. Las esculturas son de Cosimo Fanzango y las incrustaciones, de mármol italiano. A Giovanni Lanfranco corresponden los lienzos de San Nicolás de Tolentino y la Anunciación. La Virgen del Rosario es de Massimo Stanzione y la Crucifixión de Francesco Bassano. Las estatuas orantes de los condes situadas en nichos a ambos lados de la capilla mayor son obra de Giuliano Finelli.

Con la riada de San Policarpo, de 1626, quedó anegado el primer convento de las agustinas, y como una hija del conde de Monterrey era agustina sus padres auspiciaron la construcción del actual edificio con un triple objetivo. Que fuera convento, como panteón (que no utilizaron por los problemas de humedad) y porque el cuadro de la Inmaculada “quedaba mal en las Úrsulas”. En el lugar donde se encuentra la tabla de San Agustín iba a ir un San Francisco —que no se conserva en la actualidad—, ya que la advocación a las agustinas de Monterrey determinó la composición final del retablo.

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Monumento Nacional desde 1935, la Purísima forma binomio arquitectónico con el Palacio de Monterrey, que fue la residencia del mecenas de la iglesia, el VII conde de Monterrey, Manuel Alonso de Zúñiga Acevedo y Fonseca (1586​ - 1653).

Lugar: Iglesia de la Purísima

Horarios para turistas: De 11:00 a 14:00 y de 17:00 a 20:00 horas de lunes a domingos. Una de las dos sacristanas de la iglesia ofrece explicaciones adicionales sobre la historia del templo y sus obras de arte.

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Horario de misas en verano: A las 20:00 horas de lunes a viernes. Domingos y festivos a las 12:00 horas.

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