Miércoles, 1 de mayo 2019, 13:12
La ermita de San Marcos de Cepeda, el convento del Desierto de San José de Las Batuecas, el de Nuestra Señora de Gracia de San Martín del Castañar... La Sierra de Francia es rica en conventos, ermitas y monasterios que son historia viva de la cristianización de esta comarca. Todos ellos tienen una característica en común. Están ubicados en parajes casi remotos donde encontrar el auténtico significado de las palabras paz y sosiego. Si había un lugar propicio para estar cerca de Dios, ese era la Sierra de Francia. No cabe ninguna duda.
Publicidad
Pero hay un convento que a día de hoy nos maravilla y sorprende por su ubicación casi imposible. Tan sólo unas piedras son prueba de la existencia del convento basilio del Santo Niño de Belén de Herguijuela de la Sierra. Más de cinco siglos contemplan unas ruinas que se enclavan en uno de los paisajes más bellos de la Sierra de Francia. El conocido como valle de Belén, con su valle de las Esposaderas y sus vistas sobre la sierra del Castillo. Ese fue el lugar elegido por orden de San Basilio para asentarse. Aunque no hay constancia sobre la fecha exacta en la que se levantó, todo apunta a que fue en torno al año 1434, cuando además fue descubierta la imagen de la Virgen de la Peña de Francia. También se cree que el complejo monástico estuvo habitado por los basilios hasta la desamortización de Mendizábal, en torno al año 1836.
Prácticamente oculto entre frondosos madroños aparecen unas ruinas a las que es posible acceder mediante una sencilla ruta de senderismo que parte de Herguijuela de la Sierra. En la parte más alta de un risco se puede intuir la estructura del convento y sus diferentes estancias. En los recovecos de algunas de sus piedras se han colocado dos belenes que se mimetizan con el musgo y que parecen llevar ahí toda la vida. Un homenaje al niño de Belén al que estaba consagrado un convento que resiste al paso del tiempo.
Pero además de citarse con la historia en las ruinas del convento, el enclave ofrece unas vistas excepcionales de esta parte de la Sierra de Francia. Podemos contemplar la próxima sierra del Castillo y al fondo el límite con Extremadura y los meandros que forma el curso del río Alagón. Y todo ello rodeados de una exuberante vegetación donde el madroño es el dueño y señor y con grandes riscos que el paso del tiempo los ha ido dotando de espectaculares formas. Un ejemplo más de lo mucho que ofrece la Sierra de Francia, en esta ocasión en una de sus caras más desconocidas.
A un kilómetro de Herguijuela de la Sierra, en la carretera que conduce a Rebollosa, sale una amplia pista forestal que se va a adentrando en el valle de Belén. La pista concluye en un punto donde vemos un panel informativo sobre el convento y que nos indica que sigamos por el sendero que se inicia a partir de ahí y que, tras cruzar un puente, nos lleva sin pérdida a sus ruinas.
Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión
Publicidad
Utilizamos “cookies” propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarle publicidad, contenidos y servicios personalizados a través del análisis de su navegación.
Si continúa navegando acepta su uso. ¿Permites el uso de tus datos privados de navegación en este sitio web?. Más información y cambio de configuración.