Naturales para la eternidad: 25 años de alternativa de José Ignacio Sánchez

El diestro salmantino se doctoró de manos de Joselito y Ponce en Santander el 29 de julio de 1994

Lunes, 29 de julio 2019, 12:57

Aquella tarde de verano en Santander no fue el descubrimiento de una mano izquierda que enamoró en los noventa porque ya había deslumbrado en apariciones aplastantes como aquella faena en la que inmortalizó a Leguleyo, un utrero de El Torreón, al que toreó a placer por naturales única y exclusivamente en una faena fantástica en Las Ventas. Sería esa y otras muchas más, por eso se le recuerda como el autor del toreo al natural más prodigioso.

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Santander fue la primera plaza que le lanzó de novillero, allí le anunciaron en un festival benéfico que organizaban de las Hermanitas con figuras del toreo cuando él siquiera estaba aún sin caballos. Y logró su primer gran triunfo. Tanto que le sirvió para volver a la feria al año siguiente siquiera unos días después de presentarse con los de castoreño (1991): "Debuté con caballos en Bilbao, luego toreé Ledesma y de ahí volví a Santander, con Caballero y Chamaco -que eran las figuras de los novilleros del momento-. Ahí empecé a despuntar con fuerza", puntualiza José Ignacio Sánchez, que apenas unos años después tomaría en ese ceniciento ruedo del coso de Cuatro Caminos de Santander su alternativa en un cartel de auténtico lujo: "La idea fue de mi apoderado, Paco Gil, planteó la campaña de la alternativa, primero como novillero acudiendo a todas las ferias importantes de mitad de temporada Valencia, Madrid, Sevilla, Barcelona... y luego tomar la alternativa a mitad de año. Santander era de las ferias mejores, encima yo allí tenía cartel y se pensó que era el sitio ideal.

Fue una decisión acertada".

De aquella tarde, José Ignacio Sánchez guarda una anécdota, que más que eso era el reflejo del pensamiento de toreros antiguos, con personalidad y arrogancia que marcaban la distinción: "Al llegar al patio de cuadrillas, se acercó Joselito, me deseó mucha suerte y me dijo que iba a ser una ceremonia a la antigua, como la hacían los toreros de antes, en la que no se desmonteraban. Y también que en la plaza no iba a haber ni abrazos ni besos, que nunca habíamos comido juntos. Nos damos la mano y punto. Yo también lo vi apropiado y fue así. Luego él estuvo cariñoso, siempre se portó muy bien conmigo, aunque en la plaza la rivalidad iba a ser evidente y cada uno iba a ir a lo suyo".

José Ignacio Sánchez se doctoró vestido de negro y orocon Quitaluna, un toro de Zalduendo que brindó a su padre. Le cortó una oreja y a punto estuvo de desorejarlo, tanto fue así que tras la lidia del astado de la alternativa recuerda otro detalle de su estelar compañero de cartel: "En uno de los toros de Joselito, estábamos Ponce y yo a la cabeza del caballo y me dio la enhorabuena. Me dijo que me había visto muy bien y muy preparado. Fueron unas palabras muy sentidas que me llegaron al alma y de las que te quedas para siempre".

Las reses de Zalduendo no lo pusieron fácil en tan esperado día, ni al toricantano ni tampoco a Joselito ni Ponce, dos figuras en plena explosión y rivalidad de sus carreras: "El toro de la ceremonia de la alternativa fue bueno, tuvo calidad y mucha clase, pero poca fuerza. El segundo fue un toro exigente y no lo puso fácil; con uno y otro aquella tarde se cumplieron muchos sueños", puntualiza el actual director de la Escuela Taurina de Salamanca.

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Un sueño fue la alternativa. Y otros cuantos haría realidad tiempo después, algunos más en aquel curso taurino en el que acudió a todas las grandes ferias de novillero y también a muchas ya como matador de alternativa, antes del doctorado se produjo un hecho insólito. Aquel año de 1994, José Ignacio Sánchez arrasó con todos los premios al novillero triunfador de la feria de San Isidro y tal fue la fuerza de aquella actuación que en Las Ventas se improvisó un cartel mixto para la corrida de toros de la Beneficencia -la más importante de la temporada- de 1994, con Curro Vázquez y Javier Vázquez, con toros y novillos de La Cardenilla: "Aquello fue muy bonito e importante, aunque luego la corrida no embistió y no hubo suerte. Aquel año terminé toreando unas 20 novilladas y otras tantas corridas de toros". Aquella mano izquierda y aquellos naturales tenían revolucionado el panorama taurino.

Trofeo entre las figuras

En la plaza de toros de Cuatro Caminos de Santander, en el quinto festejo de la feria de Santiago, se lidiaron toros de la ganadería de Zalduendo, resultaron muy nobles 1º y 5º; mientras que los que saltaron en segundo, tercero y, sobre todo, el sexto lugar presentaron mayores complicaciones y apenas tuvieron opciones de triunfo. José Miguel Arroyo Joselito (silencio y una oreja), Enrique Ponce (silencio tras dos avisos y ovación tras aviso); y José Ignacio Sánchez, que tomaba la alternativa (una oreja y vuelta al ruedo en el toro de la despedida).

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