Valrubio soltó dos novillos de gran nota, un bondadoso, noble y rítmico segundo, negro berrendo; y un colorado atigrado tercero que tuvo más intensidad en las nobles, boyantes y repetidoras embestidas. El que abrió la función sacó dinamita cuando no encontró una muleta poderosa que le pudiera; y el cuarto estuvo siempre pendiente del torero, radiografiando todo cuanto tuvo delante menos la muleta, un astado desconcertante.
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Ante ellos deslumbró el fabuloso concepto del toreo de Iker Fernández ‘El Mene’, torero maño formado en la Escuela taurina de Salamanca que hizo cosas maravillosas. Que ilusionó más que ninguno de los que han pasado por el Bolsín en los últimos años, no solo por su buena interpretación, también por su ajuste, su encaje y por querer torear siempre rítmico, templado y bajando la velocidad de su oponente.
Todo lo aderezó con una superlativa torería en la forma de entrar y salir de la cara de su novillo. El prólogo tuvo dos muletazos prodigiosos, en los que captó la atención. Y de ahí en adelante los fue salpicando en una faena que, sin ser redonda, tuvo muchísimas virtudes. Como el asiento, el temple, el gusto, el concepto vertical, la firmeza de planta y también el compromiso para pasarse muy cerca a su oponente y rematar los muletazos en la cadera. Resultó todo un cúmulo de virtudes hasta que montó la espada y se rompió el sueño.
A Sergio Domínguez le faltó mando y dominio para poder y limar la dificultad geniuda y arisca del abreplaza. Sin embargo, sin someter al animal pareció que nunca le importaron las dificultades y navegó sin que se le agitara el pulso. Mató de una gran estocada.
Cristian Galeano mostró muchas dudas con el capote y, sin embargo, fue todo seguridad y solvencia con la muleta. Se mostró fácil en todo lo que hizo.
Mientras que Manuel Tabernero ni se aburrió ni le importaron las complicaciones del cuarto, que le radiografió siempre en cada cite; no le importaron las miradas ni su indómita condición. Le dedicó más tiempo del que mereció y en cuanto pudo, en algún remate le robó algún muletazo pinturero y de bella factura.
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4 erales de Valrubio, de preciosa lámina, noble el 2º y bueno el 3º.
Sergio Domínguez: gran estocada (oreja).
El Mene: 4 pinchazos y 5 descabellos (vuelta).
Cristian Galeano: estocada fea y estocada (oreja).
Manuel Tabernero: pinchazo y estocada (oreja).
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