Se ha encerrado en el campo con la mira puesta en Madrid. Alejandro Marcos pasa las horas, vela sus sueños y contiene sus miedos en el Puerto de la Calderilla, a escasos metros de los toros con los que se juega gran parte de su destino.
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En Madrid empieza todo. En Las Ventas arrancan los exámenes clave de un curso en el que tiene el compromiso de no fallar y de responder a las expectativas que despertó el año pasado. Tiene ante sí la oportunidad de su vida, en un momento en el que los contratos escasean. En su estreno en San Isidro le espera un cartel de figuras, encabezado por Manzanares que será su padrino de doctorado y Tomás Rufo, la gran revelación de 2022 tras la Puerta del Príncipe en Sevilla y la puerta grande de Madrid.
El éxito de esa tarde dependerá de los toros de Puerto de San Lorenzo, criados donde él siempre encontró cobijo. Pero no acabará ahí. A Madrid le sigue, de inmediato Nimes; y luego Aire Sur l’Adour también en Francia, Zamora, Azpeitia, Dax... Seis citas variadas y clave, de diferente envergadura, pero todas lo suficientemente importantes como para ponerle en circulación y deje de ser una esperanza. Como Madrid no hay ninguna.
Esa es la primera. Es la que le cambia el rictus, la que le infiere mayor seriedad, la que agita los miedos y acelera el pulso. Es el sueño y la pesadilla de la mejor manera entendida. En la placita de tientas de El Puerto alimenta sus sueños, asienta su concepto, lancea al viento y muletea sin descanso. Y ahí imagina amarrar lo que siempre ha soñado. Ahí pone a punto los trastos que estrenará el viernes en Madrid.
En la finca de Tamames verá embarcar la corrida con destino a la capital. Él viajará este jueves por la tarde, dormirá ya en Madrid y un día más tarde a las siete en punto sonarán clarines y timbales para encontrarse en el ruedo de los miedos con esos toros con los que ha compartido confidencias en los últimos días. Todo el toreo pendiente de lo que pase en esa antepenúltima cita de San Isidro.
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–¿Por qué en esta ocasión ha buscado el refugio del campo?
–Para aprovechar más aún y mejor el tiempo, tanto en el entrenamiento como en el descanso. En cierto modo me notaba también un poco cansado.
–¿El cansancio es más físico o psicológico ante un reto mayúsculo como el que le espera de la confirmación en Madrid?
–Estos días uno entrena con más presión que el resto del año. Se junta todo, aunque también es cierto que tampoco me estoy volviendo loco, he querido mantener la rutina de entrenamiento.
–¿No cambia nada?
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–En estos casos lo que suelo hacer es preparar aún más la mente, para el escenario de Madrid, para el paseíllo, para todas las circunstancias que rodean una tarde así. Para llegar lo más preparado posible y para que no sorprenda nada.
–¿Tiene algo de comparable con las citas que asumió como novillero en ese mismo escenario?
–Nada que ver, todo va a ser nuevo, aunque el escenario sea el mismo. Esto es una feria de San Isidro y estará la plaza llena, eso de entrada en las novilladas no sucede ni se dan estas circunstancias. Y también han pasado cinco años de la ultima vez. Las sensaciones van a ser nuevas...
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–Después de ver la corrida de El Puerto en el campo casi a diario, ¿qué le aporta, qué le sugiere?
–Me gusta mucho, es la típica corrida del Puerto de Madrid, con todo el trapío y la seriedad que requiere esa plaza, con toros de cornamentas acapachadas que cierran la cara como nos gusta a los toreros; pero al mismo tiempo tiene mucha seriedad para el público, sigue la misma línea que las del Puerto de las últimas ediciones.
–¿Ver la corrida en el campo ayuda o dispara los fantasmas?
–A mí no me importa, es más me gusta. Es una cosa que hago habitualmente al estar cerca y en contacto normalmente con muchos ganaderos y convivir con ellos. Estoy acostumbrado a ver el toro en el campo. Luego es verdad que del campo a la plaza cambia.
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–Y cuando los ve en el campo, ¿en qué se fija principalmente?
–En la expresión, en la armonía de las hechuras y en el compás de sus movimientos. Pero lo que más me dice es la expresión del toro, la manera de moverse, de mirarte... La mirada del toro también me dice mucho.
–¿Qué es lo que más le inquieta o le preocupa estos días?
–Al final, lo que más me preocupa es estar a la altura de la oportunidad que tengo por delante. De las circunstancias y del nivel de uno mismo que, aunque casi siempre lo damos, en los momentos de antes y previos siempre tienes la duda. No mostrar el nivel que uno tiene o que uno espera de mí es lo que más me inquieta.
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–¿Cómo ha sido su experiencia y su relación con Madrid hasta ahora, en su etapa de novilleril?
–Muy buena. Toreé seis tardes de novillero, en una sola temporada fueron cuatro, que es algo muy importante y no muy habitual. De una tarde me salía otra, así fue desde el día de mi presentación, al día siguiente nos propusieron volver, y así la siguiente... Nunca le dije que no porque era el sitio donde tenían que pasar las cosas. Madrid me abría otras puertas. Si llaman después de torear es porque aquello funcionaba...
–De todas ellas, ¿cuál recuerda con mejor agrado?
–La de la presentación, el primer novillo de Manolo Gonzalez. Fue la más importante, también fue el que más me ayudó. Luego, es verdad que hubo otros festgejos de verano que fueron importantes pero fueron más de esfuerzo, de esos días que uno tiene que tirar para adelante y lanzar la moneda. Eso te hace crecer mucho. Con la de Flor de Jara, aunque no tuvo repercusión, esa tarde me sirvió mucho personalmente y recuerdo que la maté con mucha solvencia.
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–Ante una cita trascendental como la confirmación de alternativa, Madrid, ¿asusta o motiva?
–Al fin y al cabo, Madrid siempre te impone. Es un aliciente, es lo que llevo buscando tiempo y llega en el momento clave. Los miedos y las inquietudes son inevitables. Pero, al mismo tiempo voy con la tranquilidad de saber que llega en el momento que quiero y en el más oportuno. Es un día y un cartel como quiero, y además lo afronto con la tranquilidad de saber que voy con los deberes hechos. Creo que si hubiera ido antes me hubiera confundido. Hubiera sido una precipitación.
–¿Es consciente de que a partir del viernes, no solo por Madrid sino por lo que viene después, llega el momento clave para lanzar su carrera?
–Si, es un año, importante. No he tenido jamás algo así, y con esta responsabilidad, nunca. Soy consciente y quiero aprovechar, porque se que una oportunidad así no creo que vuelva.
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–Y en este momento que atraviesa el toreo no se puede dejar nada para mañana...
–El triunfo, tal y como está la situación actual de la Fiesta, tiene que ser una continuidad de éxitos. Madrid es muy difícil, no lo voy a descubrir yo ahora, y está claro que es el objetivo. También se que hay una temporada bonita por delante. Y en ella, el triunfo tarde a tarde tiene que ser el objetivo.
–Triunfos de toreros jóvenes como Tomás Rufo o la puerta grande de Ángel Téllez, ¿incomodan o motivan?
–Motivan por encima de todo. Al final, cuanto mejor le vaya a los toreros más positivo es para todos, más puertas se van a abrir. La regeneración del toreo es buena para los que estamos a las puertas. Es positivo y necesario. Y ver que la plaza de Madrid arropa a los jóvenes, es algo que te da un plus de seguridad y confianza, que si das tu nivel te lo van a valorar...
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–Es bonito como dice, pero también será consciente que los puestos que ya se han ganado los que han triunfado se los pueden quitar a usted...
–Aquí hay hueco para todo el mundo que se lo gane. Pero para eso hay que ganárselo y dar motivos. No creo que el triunfo de otros me quite puestos a mí. Si te lo quitan, es muy mala señal; eso es porque no has dado motivos suficientes. Y yo voy a tener oportunidad de ganarme un sitio.
–Sería un error pensar que, sabiendo que tiene más festejos que nunca, y con buena proyección, se caiga en la relajación, ¿como plantea los cuatro próximos meses?
–Igual que hasta ahora, tengas 4, 7 ó 20 tardes firmadas hay que pensar que la última es la más inmediata. El objetivo es marcar cada tarde quién eres y qué quieres seres ser en el toreo. Al final, en esta profesión es importante marcar tu impronta, tu sello, dar el nivel máximo. El triunfo es una consecuencia de todo ello, la mentalidad del año pasado fue la que me ha hecho llegar a tener estas oportunidades; y es la que me ha demostrado que ese camino ha sido el acertado.
–¿Esperaba que los resultados del año pasado tuvieran tan buena recompensa?
–Sabía que la temporada iba a ser ilusionante, pero sí que es verdad que contratos como el de Nimes me sorprende gratamente. Al final ves que todo trasciende más allá, que cuando haces las cosas bien y haces méritos tiene premio.
–
Manzanares vuelve a cruzarse y a aparecer en su camino...
–Su presencia en el cartel es algo que me enorgullece, es una figura con una categoría especial, por todo el ambiente de grandeza que le rodea. Le admiro mucho. No se si se habrá dado muchas veces en la historia que después de darme la alternativa en Santander, sea quien me la confirme en los dos sitios en los que se confirma en Europa, en Madrid y Nimes.
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