Sábado, 20 de marzo 2021, 10:02
El salmantino Javier Dávila González vuelve a demostrar sus dotes como concursante en “Pasapalabra” y Pablo Díaz, a quien ha puesto en aprietos, le mira con inquietud. Al profesor y letrado le picó el gusanillo por volver a medir sus conocimientos y mandó un mensaje con éxito. “Me han repescado después de hacer un ‘rosquillo’ presencial”, explica, ahora que la audiencia de Antena 3 vive con pasión su retorno delante de las cámaras televisivas.
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Aunque hacía unos años que no concursaba, nunca ha dejado de prepararse: “El saber no ocupa lugar. Y si no te vale para esto, te vale para otra cosa, aunque yo estoy especializado en conocimientos con iniciales. Tengo casi 18.000 fichas en mi ordenador, de todo tipo de temáticas. Coges las palabras difíciles del diccionario, deportes, geografía, autores y todo lo que se te ocurre mirar. Le dedico ratos perdidos, pero dos horas diarias no me las quita nadie”, comenta el salmantino.
Esta afición por el saber también le ha reportado a Javier Dávila un dinero extra con los concursos. El salmantino ha ganado 168.000 euros si se suma su paso por “Pasapalabra” cuando se emitía en Telecinco, por “Saber y ganar” en La 2 de TVE, y por “Gran Slam” en Cuatro. “Con ese dinerito”, afirma Javier Dávila, “pagas la hipoteca, te compras un coche... Son cantidades que no me dan para retirarme. El dinero de los concursos te hace la vida más fácil y te puedes dar pequeños lujos. Y si ganara el bote (de 1,3 millones ahora), tampoco creo que me retirara, pero es una cantidad apreciable para que puedas plantearte cambiar de vida”.
¿Pasa nervios concursando? “¡Claro! Sobre todo, con la Silla Azul, porque te puedes ir sin más -este viernes fue superado por Pablo y tendrá que probarla de nuevo-. Los nervios son parte del juego. Y están bien, que para eso se pusieron”, recalca. ¿Y los fallos le pasan factura? “Cuando cometes un fallo te sienta mal, pero qué le vas a hacer. El que no juega, no falla. Y los errores hay que superarlos. El concurso es gratis. No es como jugarte algo en una oposición. No tengo el futuro en los concursos, aunque me vienen muy bien. Es mejor seguir y es encantador cuando la gente te dice: “¡Qué bueno eres!”. El fallo te da rabia y te va acompañando un tiempo, hasta que se va a vivir su vida”, indica.
Javier Dávila reside en Cantabria. En Salamanca viven sus padres y tres hermanos (con un cuarto hermano en Bruselas). Tienen pendiente celebrar los 60 años de casados de sus progenitores, como relata el concursante que, tras superar una oposición al Cuerpo de Letrados de Cantabria, donde vivía su mujer, ahora es funcionario en el Servicio de Infancia en Protección de Menores. Y también es profesor asociado de Derecho Civil en la Universidad de Cantabria.
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