Paseo fluvial de Salamanca, donde sucedieron los hechos. E.P.

Tres años y ocho meses para el hombre que violó a una estudiante erasmus en el paseo fluvial

Los hechos ocurrieron el 18 de junio de 2018 | El varón siguió a la chica y le enseñó los genitales intentado penetrarla

Miércoles, 22 de septiembre 2021, 20:57

La Audiencia Provincial de Salamanca ha dictado sentencia en el caso de la violación de una joven extranjera en el paseo fluvial, una sentencia condenatoria, aunque reduce los catorce años de prisión que le llegaba a pedir la acusación particular a tres años y ocho meses por un delito de agresión sexual en grado de tentativa, según la sentencia hecha pública este miércoles por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León.

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El alto tribunal impone además al acusado, A.G.G., una medida de libertad vigilada por sino años, seis años de alejamiento e incomunicación con la víctima, a la que pagará 6.282 euros en concepto de indemnización, además de la cuarta parte de las costas procesales.

El tribunal le absuelve sin embargo de los delitos de agresión sexual en su modalidad básica -es decir consumado-, del robo con violencia, así como del delito leve de lesiones de los que igualmente le acusaban el Ministerio Fiscal y la acusación particular. El primero le pedía 6 años y la segunda 14, por su parte la defensa solicitaba la libre absolución de su cliente.

“No hallamos elemento alguno que permita el cuestionamiento de su credibilidad”, señala el tribunal en su sentencia, precisando que no se advierte la posible existencia de datos que indiquen posibles razones para que la víctima faltara a la verdad por odio o deseo de venganza, ni enemistad o móviles espurios, ni tampoco se percibe beneficio para ella por denunciar los hechos. Además, destaca, se comprueba también la ausencia de contradicciones en sus manifestaciones, las cuales son persistentes, en tanto que, básicamente la denunciante ha manifestado lo mismo en todas las declaraciones que ha prestado a lo largo de la causa y en el acto del juicio oral.

Respecto a la versión que ofrece A.G.G. “no puede entenderse como creíble desde la pura lógica y el sentido común”.

La sentencia todavía no es firme y contra ella cabe recurso de apelación en el plazo de diez días.

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El alto tribunal salmantino considera probado que sobre las 18.30 horas del 18 de junio de 2018, la joven, una estudiante británica de de Erasmus en Salamanca, deambulaba por el Paseo fluvial de la ciudad.

La chica se adentró en la zona más apartada del mismo, en la que se ubica el semiderruido y antiguo molino de agua, cuando se percató de la presencia de A.G.G.

Siguiendo su paseo hasta donde es practicable, volvió sobre sus pasos, viendo entonces al varón mostrar el pene por fuera del pantalón del chandal que vestía, sin llegar a bajárselo.

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Tras ello, “guiado por un ánimo libidinoso y de satisfacción sexual”, señala la sentencia, se acercó a ella y contra su voluntad, la agarró por los brazos y mediante empujones y cierto arrastre, la llevó hasta el final del sendero al tiempo que le decía que “estuviera tranquila, que sólo iban a tener sexo”.

Luego la tumbó boca arriba contra un árbol caído, pese a la resistencia prestada por la chica, y le quitó los pantalones que vestí y las bragas, que tiró al suelo.

Con el miembro por fuera del pantalón y pegado a su cuerpo, continúa la sentencia, le tocó los pechos por encima de la camiseta e intentó penetrarla vaginalmente, sin lograrlo ante la resistencia opuesta por ella que le insistió en que “no quería tener sexo con él”.

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Ante ello, A.G.G. se retiró, se puso en pie y se masturbó frente a ella, diciéndole: ¡Qué rico!.

La víctima aprovechó este momento para vestirse y recoger sus cosas, además de intentar, con su teléfono móvil hacer alguna foto a A.G.G., que no se lo permitió al arrebatárselo, para, luego tirarlo a la maleza.

No estima acreditado sin embargo que, como mantenían las acusaciones, el varón se quedara dicho móvil con el fin de apropiarse del mismo, llegando cuando abandonaba el lugar con sus sandalias rotas a entregarle el suyo propio, previa retirada de la tarjeta ‘sim’ para que no le denunciara, pudiendo con éste último teléfono hacerle dos fotos.

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