Lunes, 21 de diciembre 2020, 10:21
Con la llegada de las Navidades si hay un producto que se roba por excelencia son los artículos de perfumería y los videojuegos. Pero siempre hay excepciones y prueba de ello es el fuerte altercado registrado el sábado en un supermercado de la calle Islas Canarias, donde dos cacos —que tras pasar unas horas en Comisaría el domingo quedaron en libertad provisional— se enfrentaron a la cajera y al encargado para intentar llevarse dos quesos y una bolsa de piñones.
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Sin embargo no son los únicos productos de escaso valor económico que han acabado con delincuentes entre rejas y el personal de seguridad de estos negocios han visto absolutamente de todo: desde botes de champú y preservativos hasta cuchillas de afeitar escondidas en los calzoncillos. Otros, sin embargo, requieren de cierta destreza, como el caso de la mujer intentó salir de una tienda con una caja de langostinos entre las piernas.
“Aquí vemos absolutamente todo”, asegura el vigilante de un conocido establecimiento de la ciudad. “Es cierto que lo más habitual son cremas o perfumes porque son productos de escaso tamaño e importante valor económico pero aquí hemos parado a un hombre que quería irse sin pagar un paquete de pilas”, comenta. Otras veces, asegura, tratan de disimular cogiendo varios artículos y pagando solo uno.
“Hay veces que se gastan lo mismo en ese que abonan que en lo que se están llevando”. Precisamente por la escasa cuantía de lo robado, en muchas ocasiones los responsables de estos negocios optan por no llevar el caso a los juzgados. “Se les pilla in fraganti, se llama a la Policía y si se recuperan los artículos la mayoría de veces no se denuncia”, explica este empleado.
Así, en la larga lista de artículos banales, de los supermercados de Salamanca se han intentado llevar chocolate, embutidos, conservas, ropa interior, artículos de higiene personal, fundas de teléfonos móviles...
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Precisamente uno de ellos lo protagonizó en 2016 uno de los tres varones apodados como ‘hombres araña’, quienes accedieron a varios pisos de un bloque de viviendas de Salesas escalando hasta los balcones. Pues uno de ellos, tan solo dos semanas después de estos hechos, volvió a ser arrestado tras ser sorprendido por los empleados de un céntrico supermercado apoderándose de dos latas de angulas.
Llamativo también fue en 2011 el arresto de una joven que se llevó de una tienda de animales del centro un cachorro de perro de la raza ‘bulldog francés’ utilizando un carrito de bebé.
También en 2018 se celebró un juicio contra una mujer que intentó llevarse más de una decena de botellas de aceite de oliva y el pasado mes de julio fueron citados al banquillo dos hombres por robar un fuet y al ser sorprendidos por el responsable del establecimiento liarse a golpes con la cesta de la compra.
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“Es cierto que la mayoría de las veces las técnicas son las de toda la vida: desalarmar los productos, meterlos entre la ropa... Pero los objetivos cambian y cuando piensas que no se pueden superar les pillas con algo de lo más pintoresco”, concluye el vigilante.
Así, los artículos más deseados por los ladrones en muchos casos se adaptan a los nuevos tiempos, como el hecho de que el pasado mes de noviembre un negocio de Alba de Tormes recuperara varios objetos robados, entre los que se encontraban geles hidroalcohólicos.
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