Viernes, 30 de abril 2021, 15:48
Un lanzamiento judicial en el barrio del Carmen ha vuelto a terminar con el hallazgo de una plantación de marihuana y la huida del inquilino en pleno desalojo. Tras permanecer desde la pasada semana en paradero desconocido, el individuo se ha entregado este jueves por voluntad propia a la Policía Nacional sabedor de que le estaban buscando.
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Según ha podido saber LA GACETA, los hechos tuvieron lugar el pasado día 21. Acompañada por la Policía Nacional, la comisión judicial acudió a una casa sita en la calle Guijuelo con motivo de un lanzamiento judicial, al parecer por impago del alquiler.
Cuando accedieron a su interior descubrieron un cultivo de marihuana, con casi cien plantas, así como lámparas y todo lo necesario para su cuidado. Exactamente se han incautados 91 plantas de marihuana, una balanza de precisión, cinco lámparas halógenas, otros cinco transformadores, dos extractores, un ventilador de pie, un filtro de carbono y dos temporizadores.
En la vivienda había solo una persona, un varón de iniciales R.B.B., y que reside en la casa. Sin embargo, cuando los agentes procedían a la inspección, aprovechó la primera oportunidad para marcharse.
Tras el desalojo, la casa quedó precintada y su morador permaneció durante más de una semana en paradero desconocido.
Según señalan las fuentes, este jueves a media mañana y por voluntad propia, R.B.B. se presentó en Comisaría de Policía porque sabía que le estaban buscando.
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El individuo se acogió a su derecho a no declarar en dependencias policiales, para hacerlo cuando sea citado ante el juez. Tras ello, quedó libre.
A mediados de enero, se descubrió otra plantación de marihuana con motivo de un desalojo en el barrio de Buenos Aires. Y como consecuencia de ello, otro varón resultó detenido.
Los agentes fueron a la vivienda, que había sido okupada, para proceder al lanzamiento judicial. Al entrar no había nadie, pero encontraron un cultivo con más 141 plantas y los útiles para su cuidado.
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Días después, se detuvo a un varón, J.A.J.J., que reconoció ante el juez que había estado viviendo en la casa, pero alegó que hacía ya tiempo y que no guardaba relación alguna con las plantas encontradas en la misma.
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