El grito desesperado de la familia del senderista desaparecido en la comarca de Ciudad Rodrigo: “Que no se olviden de Manolo”

“Aunque normalmente residimos en Oviedo, donde también está mi hija, quiero pasar temporadas en Ciudad Rodrigo porque así tengo la oportunidad de salir de casa y mirando a ‘La Canchera’ preguntarme dónde estará mi hijo y que fue de él”, relataba ayer visiblemente emocionada Feli Martín, la madre del senderista Manuel Moro Martín, desaparecido en la zona de Vegas de Domingo Rey, en la comarca mirobrigense, ahora hace justo dos años.

Este lunes se cumplieron dos años desde que se le perdió la pista y junto a otro de sus hijos, José, Feli no ceja en su empeño de que sigan buscando a Manuel “aunque es desesperante que en los últimos meses no se haya vuelto a mover un dedo ”, señaló la madre.

Tanto Feli como José cuentan que cada poco tiempo pasan por el cuartel de la Guardia Civil para “ver si van a hacer algo”. Los familiares de Manuel Moro tienen muy claro que “se han olvidado de Manolo, ya no se ha vuelto a hacer nada y es una situación extremadamente triste no saber qué fue de él ni dónde está”.

Sin embargo, desde la Subdelegación del Gobierno recuerdan que el caso no está cerrado ni mucho menos y que la Guardia Civil de Salamanca continúa investigando aunque los responsables del Instituto Armado mantienen que es un caso difícil al no tener ningún hilo que seguir. Es por ello que, meses atrás, los agentes comunicaron a la familia, según fuentes de la Subdelegación del Gobierno, que hasta que no hubiera una novedad relevante en el caso no se pondrían en contacto con ellos.

Recordando aquellos primeros días de la desaparición de Manuel Moro, José, el hermano de Manuel, señala que “desde el primer momento nosotros sabíamos que algo no iba bien, porque Manolo siempre nos dijo que el volvería casa sobre las diez de la noche y al no regresar es cuando supimos que le había ocurrido algo”.

El 25 de marzo de 2017 Manuel Moro se desplazó hasta Vegas de Domingo Rey, la pedanía de Agallas, en la que estaba arreglando una vivienda y donde dejó su vehículo. Ese día realizó una salida al campo de la que ya no regresó a Ciudad Rodrigo por lo que las primeras tareas de búsqueda se centraron en el entorno del pequeño pueblo.

Durante los primeros meses se sucedieron las batidas, que incluso llegaron a contar con gran participación de voluntarios coordinados por los Bomberos Voluntarios de Ciudad Rodrigo, ya que Manuel Moro era muy estimado entre la comunidad de aficionados al senderismo y montañismo mirobrigenses, pero ni una sola pista se encontró de su posible paradero o de lo que hubiera ocurrido. Desde entonces, nada más se ha vuelto a saber de él.

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