Sábado, 3 de septiembre 2022, 00:23
Los comerciantes de Garrido y especialmente de la plaza de Barcelona están hartos. Un vecino del barrio lleva tiempo perpetrando pequeños hurtos, día sí día también, en los establecimientos de la zona.
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Solo en la última semana ha entrado al menos en un supermercado, una panadería y un estanco. En uno de los establecimientos lo ha hecho tres veces desde el sábado pasado, insultando y amenazando a la dependienta que se encontraba al frente, que sufrió un golpe en un brazo al caerle encima la mampara del mostrador que el delincuente tiró para llevarse apenas dos cajetillas de tabaco. Tras acudir en reiteradas ocasiones al barrio a lo largo de la semana, la Policía Nacional le detuvo al fin este viernes, según ha podido saber LA GACETA.
Raro es el dependiente que no le conoce en el barrio, donde según comentan los vecinos vive con su madre viuda desde que salió de la cárcel por otros delitos. La Policía Nacional ha permanecido todo este tiempo al tanto de la situación y ayer a mediodía, tras ser identificado por distintos hechos contra el patrimonio y al contar con varias requisitorias judiciales, los agentes procedieron a su detención.
“Lo conoce todo el mundo en el barrio porque entra y roba descaradamente, hace tiempo en una frutería que ya ha cerrado se llevó los chorizos del escaparate sin más”, señalan a este diario fuentes vecinales.
“Lo suele hacer al descuido y luego se marcha corriendo, por ejemplo cuando están limpiando en los bares, entra y se lleva igual un paquete de tabaco o lo que sea, son hurtos pequeños y por eso hasta ahora ha seguido libre”, añaden, al tiempo que una vecina reconoce que en cierto modo siente lástima por él: “A mí personalmente me da pena porque no está bien, tiene problemas de adicción”, explica.
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Precisamente, este pasado lunes entraba en vigor la anunciada reforma en el Código Penal sobre los hurtos que afecta de manera especial a los multirreincidentes. A partir de ahora los autores reincidentes de hurtos leves, inferiores a 400 euros, podrán ser sancionados con penas de prisión de entre 6 y 18 meses, en vez de zanjar el caso simplemente con el pago de una multa como venía siendo hasta ahora.
“De esta forma, se consigue dar a los casos de multirreincidencia una respuesta penal más disuasoria y ajustada a la gravedad de la conducta, sin incurrir en un incremento desproporcionado de la pena”, explica el BOE del 29 de julio.
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