Domingo, 29 de agosto 2021, 16:38
La noticia de la muerte a tiros de José María R., al que todos conocían como Chema, un sanitario del Hospital Nuestra Señora de Sonsoles de Ávila, ha llegado en el día de hoy rápidamente hasta sus compañeros de trabajo. El varón, de unos 52 años y que en el momento del crimen no llevaba nada más encima que un teléfono móvil, trabajaba como técnico de rayos y tenía dos hijas de una anterior relación. El funeral ha tenido lugar este domingo a las 11:00 horas tras la autorización del juez. Muchos amigos y familiares, entre ellos sus dos hijas, han acudido al cementerio San Carlos Borromeo.
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Compañeros de trabajo le han recordado como alguien muy querido entre todos: “Con él no había penas, era pura simpatía”, aseguró a LA GACETA una de ellos.
Tras el levantamiento del cadáver de madrugada, los forenses practicaron la autopsia, lo que aportará datos importantes para la investigación.
Por su parte, la mujer que le acompañaba, de nombre Belén, permanece en estado crítico en la UCI del Virgen de la Vega una vez intervenida quirúrgicamente por la bala que tenía alojada en la cabeza y las heridas en la mandíbula y manos. La mujer está al parecer divorciada o en proceso de separación y tiene un hijo con otra pareja anterior.
Los hechos han conmocionado a los vecinos de Garrido Norte y han vuelto a traer la sensación de inseguridad a la zona, donde hace apenas una semana otro varón, pistola en mano, atracó un estanco en la avenida de los Cedros y a continuación se encerró en una vivienda próxima, precisamente en la calle Isaac Peral.
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