Sábado, 3 de julio 2021, 19:58
La entrada del verano junto al inicio de las vacaciones tras un largo y, esta vez, atípico curso escolar, traen consigo como cada año la preocupación por proteger la piel de los rayos del sol y las dudas sobre la adecuada aplicación de las cremas solares, que es un mundo más complejo de lo que se cree.
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Ponerse crema es imprescindible durante todo el año, ya que, incluso en días nublados, los rayos indicen igualmente, pero sobre todo cobra mayor importancia en los meses de verano, cuando el sol tiene más fuerza. Lo más recomendable es acudir a un profesional para que nos aconseje sobre qué tipo de protección es mejor para nuestro tipo de piel, ya que es muy importante a la hora de aplicarse un factor u otro.
Hay varias claves que habrá que tener en cuenta para darse el protector. Una de ellas es el tipo de piel de la persona, es decir, si tiene una piel blanca, más morena, y, desde luego, si se trata de un adulto o de un niño. De hecho, se recomienda que los niños menores de 3 años no estén mucho tiempo expuestos al sol, aunque se les haya dado crema previamente. Se les debe poner a la sombra, e incluso un paseo de entre 10 y 20 minutos protegidos es suficiente para llegar a la dosis diaria de vitamina D. Otra variable que no podemos olvidar es el tipo de medicamentos que toma cada persona, ya que algunos, como los corticoides o tratamientos para el corazón y la tensión hacen que la luz del sol incida más en la piel creando mayores daños, por lo que se tendrá que evitar la exposición.
Lo importante es la fotoprotección, de la manera que sea. Pero lo indicado es reponer esa aplicación cada cierto tiempo, en un máximo de 2 o 3 horas, ya que la crema, además de absorberse, también puede ir quitándose con el roce de la ropa, al secarse con la toalla y con el agua. La forma adecuada de aplicación es darse antes de salir de casa, 30 minutos antes para que la crema vaya impregnándose en la piel. Habrá que prestar atención al querer ponerse moreno, ya que cuando la piel se oscurece quiere decir que está defendiéndose contra el sol fabricando melanina para proteger la epidermis de los rayos, según advierte la dermatóloga Guadalupe Fernández.
El número o factor que aparece en los botes no quiere decir que al ser mayor que otro proteja mejor, sino más tiempo. Indica el tiempo de exposición al sol sin quemarte. Irán desde el factor 15 al 50+, el máximo permitido a la venta, existiendo un factor 100 para casos especiales.
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Largas exposiciones al sol sin la adecuada protección, pueden reflejarse en la piel, en forma de quemaduras solares con enrojecimientos, e incluso en deshidratación, insolaciones, o a la larga, en enfermedades más serias, como el cáncer de piel.
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