Lunes, 2 de diciembre 2019, 12:03
A quien madruga, Dios le ayuda, o mejor dicho, el deporte ayuda. Esta es la creencia generalizada y sostiene también un grupo de investigación liderado por Erik Willis, profesor de la Universidad de Kansas (Estados Unidos). En un estudio publicado en ‘The International Journal of Obesity’, el pasado mes de julio.
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En su estudio escogieron a unos 100 individuos, tanto hombres como mujeres con sobrepeso, que, además no practicaban ningún tipo de actividad física y les pusieron a entrenar cinco días a la semana hasta lograr quemar 600 calorías por sesión. Durante los primeros 10 meses todos los participantes habían conseguido bajar de peso. Todos entrenaban en una franja horaria que estaba entre las 7 de la mañana y de la tarde.
Al cruzar los datos de pérdida de peso, llegaron a la conclusión de que aquellos sujetos que entrenaban antes de las 15 horas habían adelgazado más que los que lo habían hecho después. Además, los primeros tenían menos apetito (llegando a consumir una media de 100 calorías menos que los segundos).
En función de dicho estudio, el doctor Willis sostiene que: “El momento del día en el que se hace ejercicio puede desempeñar un papel crucial en la pérdida de peso”. Así, a primera hora del día, hacer deporte es más efectivo, de cara a adelgazar.
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