Domingo, 22 de enero 2023, 20:04
Las bayetas y los estropajos son dos utensilios imprescindibles para mantener la higiene dentro de nuestras cocinas, dado que con ellas limpiamos vitrocerámicas, mesas, encimeras y lo cacharros que utilizamos para comer y cocinar. Sin embrago, en muchas ocasiones vemos la misma bayeta al lado de nuestro fregadero hasta que se queda reseca y la tiramos por inutilidad. Esto es un error.
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Al estar en contacto con la suciedad, las bayetas y los estropajos almacenan gran cantidad de microorganismos perjudiciales para nuestro organismo, dado que pueden contener biofilms y hacer todo tipo de perrerías en nuestros fregaderos, siendo difíciles de eliminar incluso con lejía. Estas capas de suciedad se generan cuando dejamos cubiertos sucios expuestos durante varios días. En estas situaciones, las bacterias se agrupan y se vuelven pacíficamente indestructibles.
Los microorganismos y gérmenes se esparcen por el resto de superficies con las que limpiemos con la bayeta y supone un riesgo para nuestra salud e higiene. Es por ello que se recomienda cambiar de bayeta cada 15 días como mucho, para evitar la formación de estos biofilms.
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