Vecinos que cuidan los árboles de su barrio

Este periódico llegó al barrio Vidal para prestar atención a uno de los principales miedos de los vecinos: el estado de los árboles de algunas zonas. En los últimos días se ha agravado debido a los vientos y al mal tiempo que registra la ciudad. Algunas de sus calles, en especial Emigdio de la Riva y Plateros, albergan troncos destartalados y vencidos hacia los lados, con profundos huecos en su interior y un peculiar color marrón. Algunas ramas incluso llegan a cruzar las aceras, otras llegan hasta las ventanas e impiden el paso de la luz. Los vecinos temen que “algún día tengan que presenciar una desgracia”.

Martillo y azada en mano, Amador junto a otro vecino, repararon uno de los troncos del barrio que estaba vencido. Uno de ellos lo sujetó con fuerza, mientras el otro colocó un tronco más pequeño para evitar que cediese. Amador golpeó con cuidado, ante la atenta mirada de algunos viandantes. “Esto es consecuencia de la falta de mantenimiento, pero también son culpables algunos ciudadanos que tienen poca responsabilidad y dejan que sus niños y animales se echen encima de ellos y los muevan”, reconoció el hombre, que presencia todo desde la ventana de su casa.

A medida que se avanza por la calle Plateros son más evidentes las deficiencias. Una hilera de árboles inclinados en todas direcciones dejan un panorama poco atractivo. En algunos de ellos se percibe una evidencia: es necesaria su poda. Las ramas llegan a cruzar la acera, en algunos casos, a una altura peligrosa para los viandantes. En otros, llegan hasta los edificios debido a la gran inclinación y cubren las ventanas impidiendo el paso de la luz a las mismas.

Desde el Consistorio de Salamanca trasladan a este periódico que esa especie de árboles produce brotaciones de emergencia para obtener más superficie fotosintética, ofreciendo una falsa apariencia de debilidad. Los servicios municipales ya han procedido a actuar sobre los ejemplares. Además, defienden que la inclinación no es sinónimo de problemas ni de riesgos para los ejemplares y que a lo largo de su vida pueden presentar diferentes apariencias.

Pedro Calvo regenta un negocio en la calle Plateros. Justo en la puerta tiene uno de esos árboles inclinados, que llega a tocar el cartel que está colocado encima de su puerta. También tiene un gran agujero en el centro del tronco en el que hay alguna colilla y astillas de la propia madera. Ante la presencia de José, señaló a uno de los troncos y explicó lo ocurrido hace poco tiempo: “Ese árbol se ha vencido dos veces en exceso hacía el edificio que tiene justo al lado y hemos tenido que arreglarlo nosotros”, afirmó el vecino. Manifestó que “esto puede ser un gran peligro para todos porque está pocho”, haciendo hincapié en que no era algo puntual, sino un problema que afecta a los troncos de los árboles de toda la calle.

Desde el Ayuntamiento sostienen que la presencia de pudriciones no implica que haya que retirar el árbol obligatoriamente, de acuerdo a los criterios técnicos establecidos para curar las heridas que presentan en ocasiones.

Pedro también recalcó que llevaban muchos años plantados y que no habían tenido un mantenimiento adecuado: “Estaban aquí antes de que yo llegase y eso que llevo 31 años con mi bar. Trabajo aquí diariamente y veo que solo vienen a quitar las cuatro ramas que sobresalen de vez en cuando”, reconoció. Sin embargo, el Ayuntamiento defiende que los servicios municipales evalúan “periódicamente” la situación de los árboles de la ciudad y proceden a su tratamiento si es necesario.

En cuanto a la poda de los ejemplares, el Ayuntamiento tiene actualmente en marcha un plan de actuación en toda la ciudad, que se extiende hasta primavera. Se cortan las ramas previendo el mejor momento para cada ejemplar y especie. Fuentes del Consistorio recalcan que actuarán próximamente en este barrio.

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