El senderismo, una de las pasiones de los dos hermanos acogidos por Chus.

Una decena de menores buscan una familia de acogida en Salamanca

El estado de alarma y la crisis sanitaria han frenado los procesos de acogimiento temporal a menores tutelados

Viernes, 29 de mayo 2020, 11:27

El estado de alarma y la crisis sanitaria por la COVID-19 han frenado los procesos de acogida para numerosos niños tutelados por la Junta de Castilla y León que necesitan cambiar temporalmente su vida “institucionalizada” en un centro de protección a la infancia por una vida en un hogar con una familia. Pero no sólo no hay suficientes familias de acogida, sino que tras esta pandemia harán falta más familias que nunca. El confinamiento ha sacado a luz tensiones familiares, y la crisis económica ha dejado a padres con hijos en situación de extrema vulnerabilidad, por ello en las próximas semanas y meses es posible que la administración tenga que ejercer la tutela de más menores. Así lo advierte Adriana Díaz, psicóloga del servicio de Acogimiento Familiar de Cruz Roja Salamanca.

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En la actualidad hay 26 niños acogidos por familias salmantinas y otra decena de menores, mayores de 10 años, están en lista de espera. Con el cambio de fase, aquellos niños que permanecían con familias de acogida ya han podido visitar a sus familias biológicas, algo que ha estado suspendido desde el inicio del estado de alarma. También se comienzan a retomar procesos e incluso los urgentes de acogidas de bebés sí se han formalizado en medio de la pandemia con todas las medidas de protección. Además, las entrevistas, seguimiento, apoyo y formación online a las familias de acogida se sigue realizando de forma virtual.

Cruz Roja recuerda que cualquier persona o núcleo familiar que se sienta con ganas e ilusión de hacer sitio en su hogar a un bebé, niño o hermanos puede acoger de forma temporal y puede informarse en el 923 221032.C HUS comparte su hogar y su vida con dos niños, hermanos de 13 y 14 años, que acogió hace siete años. Un acogimiento que se ha convertido en permanente hasta que los chicos cumplan la mayoría de edad. Su historia es casi una excepción, ya que lo habitual son los acogimientos temporales.

No es la primera vez en la que Chus da un hogar a niños tutelados. Confiesa que la primera vez que acogió “fue por una cuestión egoísta, por enriquecer con una experiencia” a sus dos hijos biológicos y “por salir del estado de confort”. Fue tras divorciarse cuando acogió a un niño de dos años. “Ya tenía a dos hijos de 14 y 7 años y no me iba a suponer más ocuparme de otro. Fue muy enriquecedor”, relata esta madre de acogida, que aún mantiene el contacto con aquel primer niño, que finalmente fue adoptado después por otra familia con 4 años de edad. “Era muy impulsivo y se fue adaptado a una vida normal. Ahora cumple 12 años y le llamamos por su cumpleaños y nos han invitado a verle en vacaciones”, relata Chus, que se siente afortunada de poder mantener ese vínculo.

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