El IBSAL ha participado en el estudio de un nuevo marcador tumoral encaminado a mejorar la precisión en el diagnóstico del cáncer de próstata
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Este trabajo, liderado por la doctora María Fernanda Lorenzo, ha contado con la participación de 12 centros de salud de la provincia salmantina y ha conseguido reclutar a más de 2.000 pacientes.
El nuevo marcador (Ca10H) se complementaría con el PSA —el marcador que actualmente se usa para el diagnóstico de este tipo de tumores—y aumentaría considerablemente la sensibilidad en la detección, puesto que el PSA es más específico del tejido prostático y el Ca10H se asocia a la transformación maligna.
A falta de la publicación de los resultados definitivos, las conclusiones preliminares ya confirman la relación entre los niveles de Ca10H y el cáncer de próstata, aunque también se ha demostrado relación entre este marcador y otros tipos de cánceres. Es la conjunción de ambos marcadores lo que supone un importante avance científico.
El marcador Ca10H es un carbohidrato asociado a diversos tumores que estaba siendo estudiado por Inmunotek, en colaboración con el Hospital San Carlos, el CIB-CSIC y la Complutense de Madrid con el fin de desarrollar una vacuna contra el cáncer de próstata, entre otros tumores.
El IBSAL coordina toda la investigación biosanitaria que se realiza en el Hospital de Salamanca, Atención Primaria, Universidad de Salamanca, IBFG e Instituto de Neurociencias.
Los centros de salud que inicialmente se dieron de alta para formar parte de este proyecto eran los de Periurbana Sur, Periurbana Norte, Peñaranda, Ciudad Rodrigo, Pizarrales, Capuchinos, Universidad Centro, Guijuelo, Alba de Tormes y María Auxiliadora (Béjar). A posteriori, otros centros se fueron incorporando por lo que prácticamente toda la Atención Primaria de Salamanca ha puesto su grano de arena en el estudio.
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El estudio ha sido financiado por el Ministerio de Ciencia e Innovación, dentro del programa RETOS-Colaboración.
El planteamiento inicial que se marcó desde Salamanca fue el de estudiar los niveles de Ca10H en varones que fueran susceptibles de padecer patologías de próstata para poder relacionarlos con el diagnóstico anatomopatológico que se establezca y comparar su rentabilidad diagnóstica con el famoso PSA.
Gracias a esta intervención se pudieron detectar más de un centenar de pacientes con patologías de próstata de distinto grado. Uno de los datos que confirma la utilidad de este marcador es que durante el estudio se descubrieron 113 cánceres, y algunos de ellos presentaban niveles absolutamente normales dentro del marcador que se emplea habitualmente, mientras que los niveles de Ca10H eran elevados y sí hacían saltar la alarma.
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