Jueves, 25 de agosto 2022, 19:36
De origen gallego, el joven Adrián González estudió en Salamanca el grado de enfermería para ejercer ayudando a los demás. Sin embargo, al realizar sus prácticas pudo ver un atisbo del futuro que le esperaba. “Vas a estar pendiente del teléfono todo el día para conseguir contratos”, asegura González.
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Al finalizar sus estudios volvió a Galicia para trabajar como enfermero en su tierra y allí comprobó, al igual que en sus prácticas, que había “cero estabilidad, trabajé durante julio y agosto y en dos meses firmé cuatro contratos distintos, en cuatro centros diferentes”, recuerda y además, avisaban con menos de un día de antelación o bien para cubrir otro puesto mientras aún cubría el anterior. “No podía vivir así, no tenía ni seguridad ni estabilidad, y cuando vi que ni podía alquilar una casa decidí irme al extranjero”.
Por lo que el recién licenciado en Enfermería buscó una empresa que reclutaba enfermeros para trabajar por Europa y tras ponerse en contacto, hizo un curso de tres meses para aprender holandés y a continuación se desplazó a los Países Bajos, donde reside desde hace tres años.
Como enfermero en dicho país le ofrecieron un contrato de 36 horas semanales, que actualmente le han rebajado a 32, en turnos rotativos de mañana, tarde y noche y el sueldo varía con los pluses y nocturnidad, pero ronda los 2.500 euros mensuales, además de cinco semanas y media de vacaciones en un contrato que, tras cumplir el año, paso a ser indefinido.
“Para mis compañeros de la facultad un contrato de un mes es algo increíble, mientras que para mí no, ya tengo un contrato de por vida”, indica el enfermero, que además se está especializando en oncología, rama que no está disponible aún en España y que el centro de salud le está costeando.
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“A pesar de que el nivel de vida es más alto en Holanda, las condiciones que me ofrecen no las tengo en España, así que no volvería”, explica González, aunque reconoce que cada vez que vuelve a España le cuesta más irse pues echa de menos a toda la gente que ha dejado aquí. González procura volver siempre que puede y su Hospital le otorga todas las facilidades para viajar: “Si lo digo con suficiente antelación me dan una semana, aún no me han negado nada cuando he pedido días, pero si me pongo a pensar en volver nunca podría al ver las condiciones de mis viejos compañeros de la carrera”.
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