Salamanca lidera un estudio internacional sobre quistes que transmiten los perros

El Hospital de Salamanca ha liderado, dentro de España, un estudio para determinar hasta qué punto siguen existiendo en Europa los quistes hidatídicos o ‘quistes del perro’: la enfermedad que producen en los humanos unos gusanos que generalmente portan los canes -también algunos animales de granja como ovejas y cabras- y que pueden producir serios daños en órganos como hígado y pulmón de las personas.

Se trata del estudio más importante que se ha elaborado al respecto en Europa y esta misma semana ha sido publicado en la revista Lancet Infectious Diseases. La conclusión más preocupante de este trabajo es que “si bien la incidencia de la hidatidosis está mejorando progresivamente en España, todavía se producen bastante casos”, detalla el especialista en Enfermedades Infecciosas, Moncef Belhsassen.

De hecho, España es uno de los países que tiene un mayor nivel de endemicidad de toda Europa y lo más relevante de este punto es que todos los datos tomados como modelo de España son de Salamanca. Es decir, se han utilizado los registros de pacientes tratados en el Hospital Universitario de Salamanca -aunque algunos enfermos procedían de otras comunidades- que luego se ‘modelizan’ mediante un algoritmo y se aplican a toda España.

Los quistes hidatídicos están considerados como enfermedades desatendidas: aquellas a las que se le presta poca atención porque tienen poca incidencia, pero la realidad es que en los últimos 23 años -es el periodo que se ha estudiado y publicado- se han registrado en España cerca de 11.000 casos. El nivel de endemicidad nacional está catalogado como ‘alto’ -superior al de Francia, Alemania, Portugal o Reino Unido- y se ha determinado que el origen de los casos es “sobre todo por contagio local, aunque también importado”.

España, cuyo reflejo es Salamanca, se sitúa así al nivel de los países de Europa del Este, pero con la notable diferencia de que la gráfica muestra que la situación tiende a controlarse gracias al aumento de los controles veterinarios.

La enfermedad estudiada desde Salamanca tiene un ciclo que, generalmente, comienza en el intestino de animales de pasto como ovejas, cabras o vacas, que son los hospedadores intermedios. El parásito pasa a animales como zorros, lobos y perros que han estado en contacto con las vísceras de los rumiantes o con sus excrementos.

El perro sería el hospedador definitivo -al menos de cara al humano- y en su intestino es donde se desarrolla la forma adulta del gusano, que expulsa sus huevos a través de las heces. “Generalmente esta enfermedad se contrae de forma accidental. Tu perro puede estar infectado o haber tocado u olido de cerca a otro perro infectado. El dueño puede darle un beso al perro y se infecta de esa manera. O puede acariciarle y después, sin lavarse las manos, llevárselas a la cara. También puede ser por alimentos de la tierra, como una lechuga, que uno de estos animales haya podido infectar, y comerlos sin lavarlos correctamente. Lo que está claro es que no es una enfermedad que se transmita por vía área y que está descrita en cánidos como zorros, lobos... Pero fundamentalmente en perros, que es el animal que más puede estar en contacto con un humano”, explica el doctor Moncef Belhassen.

Cuando el humano ingiere estas larvas es cuando se puede desarrollar quistes en distintos órganos. Puede afectar a cualquier órganos, pero la mayoría de las veces afecta al hígado -en el 60% delos casos- y en menor medida al pulmón: el 30% de los casos. De forma menos habitual también se han descrito daños en cerebro y otros órganos de diversa gravedad. “Mucha gente los tiene y no lo sabe hasta que los daños son ya muy importantes. Aunque no es frecuente, pero sí existen casos mortales a causa de los quistes hidatídicos”, advierten los especialistas.

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