Martes, 26 de octubre 2021, 18:58
El laboratorio del CIETUS (Centro de Investigación de Enfermedades Tropicales de la Universidad de Salamanca) recibe entre 1.500 y 2.000 garrapatas al año para ser analizadas y conocer si son portadoras de virus o patógenos. Todo este conocimiento hace que en torno a la Facultad de Farmacia se haya creado una unidad de excelencia en torno al estudio de los ixodoideos desde todos los puntos de vista: epidemiológico y asistencial desde un punto de vista transversal. “Salamanca ya es un referente regional en el ámbito de la garrapata ya que recibimos 20.000 muestras en una década”, reconoce Belhassen.
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Toda esta labor tiene antecedentes históricos con la labor realizada hace décadas por el ya fallecido Antonio Encinas, garrapatólogo y especialista en la virus de la peste porcina y Rufino del Álamo, jefe de Epidemiología. En la actualidad, mantienen varias líneas de investigación abiertas con el objetivo de ganar en conocimiento y agilidad en el diagnóstico.
Entre ellas se encuentra una aplicación que permite la identificación de las garrapatas, en fase de investigación, o la realización de PCR específicas para el diagnóstico de enfermedades contraídas por las picaduras. “A nivel hospitalario hay un kit múltiple de posibles enfermedades pero también estamos desarrollando un LAMP —una técnica con más sensibilidad y especificidad que la PCR— para el Crimea-Congo”. Estos trabajos adelantados aún no están concluidos pero se encuentran en una fase avanzada de la investigación.
La labor de investigación ya se está materializando en estudios con conclusiones muy concretas. El Hospital publicó la detección en Salamanca de una nueva cepa (denominada genotipo V) procedente de Europa del Este sobre un estudio que realizó en 2018. Si hasta ahora la mayoría de los casos tenían la variante procedente de África, en este caso se ha probado que hay otras variantes circulando en el país. “Nuestra hipótesis es que esta nueva variante del virus fue introducida en el territorio español por el desplazamiento de ganado a través del comercio (legal o ilegal) de animales desde zonas del Este, Centro Europa hacia España. Sin embargo, no se puede descartar por completo que las aves migratorias introduzcan el genotipo V”, explicó Belhassen.
La especialización de la unidad de excelencia de Salamanca ha hecho que se hayan convertido en formadores del resto de profesionales de Infecciosas de la Comunidad. Durante el pasado verano se realizó una formación para “poner en guardia” a los especialistas ya que la enfermedad circula de forma activa por toda España con varias premisas: Es obligatorio sospechar del posible Crimea-Congo cuando un paciente acude a Urgencias con fiebre, trombocitopenia (recuento bajo de plaquetas) y elevación de transaminasas (afectación en el hígado)”. En este sentido, detalla que también debe tenerse en cuenta el riesgo profesional (ganadería, trabajos de campo, senderistas). Con ello, pretenden iniciar cuanto antes los tratamientos de apoyo y las medidas de aislamiento lo antes posible, reduciendo así el riesgo de mortalidad en los afectados.
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El virus Crimea-Congo se transmite por la picadura de un vector, principalmente garrapatas del género ‘Hyalomma’ o por contacto con la sangre o tejidos de animales infectados. Afecta principalmente a personas expuestas a poblaciones de garrapatas, siendo el mayor grupo de riesgo los trabajadores de la industria ganadera, agricultores, veterinarios, y trabajadores encargados del sacrificio y desollado de los animales; así como cazadores de las áreas endémicas. Puede haber transmisión entre seres humanos por contacto estrecho con sangre, secreciones, otros fluidos corporales u órganos
Desde estos departamentos ya se ha llamado de forma especial la alta incidencia que se produce en la zona de la comarca de Béjar, donde se han producido la mayor parte de los casos de Salamanca. La incidencia en estos casos se considera “elevada” por lo que antes de la pandemia ya se consideró reevaluar la situación epidemiológica de la zona. Aunque en la mayor parte de las personas que padecen el virus Crimea-Congo suelen pasarlo de forma asintomática, en el 5% de los casos se produce fallecimientos como ocurrió en el caso de salmantino de 69 años que murió tras la picadura de una garrapata por el virus.
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En cuanto a la prevención de las picaduras por garrapatas, las autoridades sanitarias, recuerdan la importancia de usar ropa y calzado adecuados durante las salidas al campo, así como transitar por los caminos y utilizar repelentes tanto para las personas como para los animales de compañía; también hay que insistir en que las garrapatas que se puedan haber fijado, deben retirarse lo antes posible y de forma adecuada, preferentemente por profesionales sanitarios. La Dirección General de Salud Pública de la Junta de Castilla y León mantiene información disponible para la población y profesionales sanitarios sobre los riesgos, con el fin de evitar nuevas infecciones.
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