Viernes, 1 de abril 2022, 19:55
Tras el paréntesis de dos años provocado por la covid, el Ayuntamiento prevé dar la próxima semana el primer visto bueno a la nueva normativa que reorganizará las terrazas de toda la ciudad para adaptarlas a la regulación nacional de accesibilidad. Cambios que se harán efectivos previsiblemente en verano con la entrada en vigor de las dos ordenanzas, una de carácter general y otra específica para la Plaza Mayor y su entorno.
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La principal causa de esta revolución es la obligatoriedad de garantizar una zona libre para el paso de los peatones de, al menos, 1,8 metros de ancho. Esta directriz de carácter estatal supone, en la mayoría de los casos, ampliar en medio metro el espacio en el que no se pueden colocar mesas ni sillas. Este cambio afectará principalmente a los barrios donde las dimensiones de las aceras son insuficientes para ampliar el área peatonal y mantener las actuales terrazas, según explicó el concejal Fernando Carabias, en la última sesión de la Comisión de Policía. Para reducir los perjuicios que esta medida pueda traer a los establecimientos que ya disponen de licencia para la instalación de mesas y sillas, la normativa contempla la “prolongación artificial de la aceras”, es decir, la ocupación de plazas de aparcamiento por parte de la terraza. Pero solo será posible en aquellos casos en los que el negocio ya contaba con permiso municipal y siempre que la Policía Local considere que no entraña riesgos de seguridad vial. Aún así, el Consistorio se muestra abierto a estudiar todas las solicitudes que los establecimientos planteen.
La ordenanza normaliza de cara al futuro, por tanto, la medida que se adoptó con motivo de la pandemia y de la que siguen beneficiándose muchos negocios. Pero, con una diferencia, dado que ya no se derivará de una situación excepcional, quienes se acojan a ella tendrán que pagar, ahora ya sí, la correspondiente tasa, como se venía haciendo antes de la pandemia. Además, los establecimientos no podrán ocupan estacionamientos de cualquier forma, sino que en las calles con bordillo deberá instalarse un modelo unificado de tarima a ras de acera y con paravientos o vallas en el perímetro que limite con la calzada como medida de protección. Esta estructura modular no sería necesaria en las calles sin desnivel entre calzada y aceras, plataforma única que pasarán a tener muchas más calles del centro con la creación de la Zona de Bajas Emisiones.
Asociada a la entrada en vigor de esta normativa se prevé también el fin de los cortes de tráfico que se vienen produciendo en calles como Van Dyck o la plaza del Oeste a lo largo de la pandemia para permitir a bares y restaurantes que puedan seguir explotando sus terrazas y garantizando las distancias de seguridad para evitar contagios. La previsión es que el próxima semana se celebre una comisión extraordinaria de la comisión para presentar el texto normativo que se aprobaría inicialmente en el pleno del 8 de abril. Posteriormente se sometería a exposición pública con la intención de que el texto definitivo entre en vigor en verano.
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