Lunes, 7 de febrero 2022, 10:21
En el muro de Facebook y de Instagram de Maitane Valdunciel de los últimos tres meses hay ‘selfies’ en una camilla antes de una intervención; la imagen de las cicatrices en las mamas y su problema con las adherencias;, sus confesiones antes de “raparse ... por obligación”; vídeos del camino hacia el Hospital a una nueva sesión de quimioterapia. Aquí no hay ‘hashtag’ de postureo, sino la cruda vida real: #fuckcancer y #elcancerdemamanoesrosa.
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Maitane Valdunciel tiene 40 años y el pasado 5 de noviembre recibió el diagnóstico que nadie quiere oír: padecía un cáncer de mama. Fue en una autoexploración cuando notó un bulto y acudió al centro de salud. Tras la cita en el hospital y las pruebas correspondientes, el informe desveló dos carcinomas en un pecho. “Dentro de los tipos de cánceres, lo mío no era el mejor escenario pero tampoco era el más agresivo”, relata esta salmantina, a quien la noticia le dejó en shock.
“Es verdad que el cáncer te paraliza la vida, sientes como un parón. Es un tsunami completo, pero del que se sale. Más que una lucha contra el cáncer es una lucha interna contigo misma, contra los sentimientos que te provoca. Para mí, poderlo llevar mejor es una cuestión de actitud”, revela Maitane. Poco dada hasta entonces a frecuentar sus perfiles de redes sociales, decidió entonces recurrir a ellas para normalizar y visibilizar la enfermedad, para hablar del cáncer sin complejos, para ayudar con sus mensajes a otras personas en su situación y para encontrar en la tecnología una red virtual de apoyo, tanto de amigos y familiares, como de personas anónimas y pacientes de cáncer.
“En las redes, gracias a las experiencias de otras mujeres con cáncer he aprendido más de mi enfermedad, he compartido mis preocupaciones o he aprendido trucos para sobrellevar la quimio”, explica Maitane.
“Hasta que no me ha pasado esto no sabía que tenía tanta gente que me quería tanto. Notar ese cariño me da fuerza porque al final en esto estás tú sola”, admite. Ella fue intervenida inicialmente, con cirugía conservadora para reconstruir e igualar las mamas, y ha comenzado la quimioterapia (12 sesiones hasta mayo o junio) que “te dejan como si tuvieras una resaca malísima”, confiesa la salmantina, que comenzó a perder el pelo tras el primer ciclo y se lo rapó. Ella tuvo claro que no quería pelucas ni pañuelos. “¿Por qué tengo que pasar desapercibida? Tengo cáncer. Yo noto que la gente intenta no mirarme y pocos me preguntan si estoy en tratamiento. Es un poco tabú”, reconoce. A la quimioterapia le seguirá la radioterapia semanales y 5 años de pastilla hormonal. “Cuando acabe, quiero buscar trabajo y volver a la normalidad. Cuando me diagnosticaron el cáncer tenía un contrato temporal y al finalizar no me renovaron. Me preocupa volver al mercado laboral porque a veces hay discriminación hacia las personas que tienen o han padecido cáncer”, incide.
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Mientras que España cuenta con una tasa bruta de 603 nuevos casos al año por cada 100.000 habitantes, en Castilla y León se alcanzan los 751. El envejecimiento de la población es el factor de riesgo más importante para explicar estas cifras. La esperanza de vida al nacer es de 79,7 años en los hombres y de 85,4 en las mujeres. Otros factores de riesgo predominantes en la Comunidad son la obesidad, el sedentarismo, el consumo de tabaco y de alcohol. La soledad es otro de los problemas relevantes de las personas con cáncer y en la Comunidad se estima que 3.439 personas diagnosticadas cada año viven solas.
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