La psicóloga María Ángeles Gómez, en su centro de trabajo.“No podemos tener como vara de medir la normalidad anterior: nos frustraremos”

“No podemos tener como vara de medir la normalidad anterior: nos frustraremos”

El cambio de fase dará paso a una nueva situación de convivencia social | Mª Ángeles Gómez, responsable del servicio de asistencia psicológica sanitaria de la Pontificia explica las pautas para hacerlo de forma responsable

Lunes, 25 de mayo 2020, 19:48

Desde su experiencia profesional, María Ángeles Gómez expone a qué situaciones se enfrentan los ciudadanos cuando salgan a la calle en la nueva fase de desescalada, después de dos meses de confinamiento. Analiza desde la psicología cuáles son las consecuencias que tiene la pandemia y sus circunstancias al encarar una nueva forma de convivencia marcada por la 'distancia social'.

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- ¿En qué momento 'mental' se encuentran los ciudadanos después de más de dos meses de confinamiento?

- Cuando nos dicen que nos confinemos aparece un momento de ansiedad e incertidumbre, que ha dado paso a una especie de hastío. Todas esas cosas que nos proponíamos todos, recetas, ejercicio físico, aquello en lo que poníamos interés para superar esa ansiedad y miedo, se sustituye por emociones, por hastío y desmotivación. Algo llamativo ha sido cómo a medida que pasaban los días, el ímpetu cambiaba, por ejemplo en los aplausos. Después, cuando se nos permite dar paseos y hacer ejercicio, se retoma la ilusión pero también aparece el miedo. Y la ansiedad nos puede llevar a algún comportamiento imprudente. El mayor porcentaje sale tomando precauciones, pero es cierto que con el paso a la Fase 1 hay mucha gente que está preocupada, porque no sabemos en qué condiciones salimos, nadie nos asegura que el que está al lado pueda estar contagiado.

– Con todo ello, sin embargo, se habla de volver a la normalidad.

–Es ficticio que volvamos a la normalidad, porque no tenemos aprehendidas estrategias para hacerle frente a una situación nueva, estamos inseguros, no sabemos qué ha ocurrido antes, porque nunca se ha pasado antes a la Fase 1.

–¿Ha habido situaciones de pánico?

–Nosotros, sobre todo al principio, abrimos un teléfono de urgencia, porque había ansiedad por la incertidumbre, había miedo, dificultades para dormir, problemas para adquirir concentración, había preocupación por el estado de salud de familiares, etc. Existe un problema que ha estado larvado hasta ahora, pero a medida que se relajen las medidas, aparecerán las secuelas psicológicas por el estrés de los sanitarios, porque mientras están al pie del cañón se ponen en marcha situaciones para afrontarlo, pero cuando el peligro disminuye afloran situaciones psicológicas. Los más alarmistas hablan de que uno de cada dos sanitarios tendrán secuelas psicológicas, insomnio, cansancio o estrés post traumático... Yo confío en que sean menos. También se verá en quien no ha podido despedirse de sus seres queridos. Unos tendrán que controlar el miedo y otros el impulso.

–¿Quiénes han sufrido más este confinamiento?

–Ha habido mucha preocupación por los niños, pero creo que si les explicas con calma cómo es la situación, que están seguros en casa, tienen una capacidad de adaptación tremenda. Los ancianos han visto cómo algunos de ellos se han encontrado aislados, y muchos que no se manejan en entornos virtuales el único contacto con el exterior ha sido a través de la televisión y ha habido tal sobreinformación acerca de muertos y contagiados, que era complicado. Ha sido el grupo de población más vulnerable porque se han sentido más en peligro y porque son más vulnerables, al sentirse con más miedo, pero desprotegidos al estar aislados. Ver cómo se les ha ayudado les ha permitido pasar a una nueva situación.

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–¿Y cómo hay que actuar ahora al dar el salto de fase con los niños, por ejemplo?

–Hay que preocuparse por cómo los padres transmiten la información para que los niños sean prudentes y no tengan miedo. Si les transmitimos amenazas no van a querer salir porque interpretan que todos es peligroso.

–¿Y cuáles son los riesgos desde el punto de vista de la sociabilidad al dar el salto a la fase 1?

–En el subtipo impulsivo volver a la normalidad va a suponer que no se tome las medidas de control y se realicen actuaciones imprudentes. También veremos ciertos cambios en el comportamiento, situaciones que antes hacíamos con normalidad ahora no lo vamos a hacer. Cuando ves a alguien anónimo no te planteas nada, pero cuando veamos a alguien con quien tenemos contacto, debemos actuar con precaución para no dejarnos llevar por la inercia. Y hay personas que van a tener mucho miedo, que se preguntarán qué pueden o no hacer, pero todos tenemos claro que normalizar implica introducir cambios en nuestro comportamiento. Las situaciones de reencuentro serán raras.

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–Por el carácter de los salmantinos, ¿qué cambios de comportamiento van a experimentar?

–Todos nos vamos a europeizar, a volvernos un poco más fríos, unos lo conseguirán más y otros no tanto, pero una recomendación fundamental es olvidar un poco, cuando volvamos al contacto social no podemos tener como vara de medir lo que era nuestra normalidad antes porque nos sentiremos frustrados. Puede que nos sintamos insatisfechos porque consideremos que lo normal es lo que teníamos antes. Esa situación no se va a dar en un tiempo, debemos olvidar la vara de medir la normalidad y tomar como un regalo cualquier paso hacia adelante. A poco que podamos hacer ya es mucho, las emociones con distancias van a favorecer que continuemos poniendo en marcha comportamientos proactivos.

–¿Podremos volver a la normalidad entendida como la vida que llevábamos antes?

–Lo veremos en función de los datos. Los científicos y epidemiólogos nos dicen que tendremos que aprender a vivir con un virus u otro, con éste u otros. Creo que habrá un antes y un después. No es que nada vaya a ser como antes, pero que va a haber un cambio, durante varios meses o más, seguro. Vamos a tener que introducir todos cambios en nuestro comportamiento, en nuestros planes y forma de organizarnos, y veremos a ver cuánto duran, porque se dice que habrá más brotes.

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–¿Y si los hay cómo actuaremos?

–Ya no va a ser una situación nueva, con lo cual ya hemos pasado por algo similar y hemos aprendido a manejar estrategias, que salvo casos puntuales que requerirán tratamiento, nos servirán de ayuda.

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