Medio siglo alimentando a los salmantinos

Somos el único país de Europa que consume carne de ternera, y eso es un articulo de lujo”. Con este sonoro titular recogía LA GACETA la visita a Salamanca del ministro de Comercio Enrique Fontana Codina aquel 5 de mayo de 1971. En los días en los que despegaba el Apolo XIV desde Cabo Kennedy, el alto cargo del Régimen bendecía oficialmente en la capital charra el nuevo mercado de mayoristas. Cinco años después de la constitución de la empresa pública Mercasa, el recinto se promocionaba como “la solución de los problemas de distribución y almacenaje de los productos alimenticios perecederos”.

Una exposición en el Museo del Comercio muestra hasta fin de mes con gran despliegue gráfico la historia de Mercasalamanca con motivo del 50 aniversario de su actividad. La gran instalación que se abría en Calzada de Medina, muy cerca de la estación del tren, ofrecía nada menos que 17.000 metros cuadrados para que los mayoristas gestionasen y sirviesen sus productos a los establecimientos de alimentación de la capital y la provincia.

La Unidad Alimentaria de Salamanca, como se le mencionaba en las crónicas periodísticas, se convirtió en un logro pionero en la época. Si ya el Mercasalamanca fue una de las primeras sociedades que promovió la empresa nacional Mercasa, el propio ministro destacó en su visita que las instalaciones de Garrido constituían “la primera realización de la red de mercados mayoristas que hoy empezamos a poner en funcionamiento”. Tras Salamanca, se abrirían en los días siguientes, y en el corto plazo de poco más de un mes, los ‘mercas’ de Bilbao, Sevilla y Barcelona.

Lo cierto es que para cuando llegó el ministro, el recinto ya llevaba tres meses de actividad. Desde primeros de febrero los industriales del sector ya estaban haciendo uso de las instalaciones. Antes, nueve años de obras y algunos problemas. Fue en 1962 cuando, a la vista de los problemas de tráfico que generaba la venta al por mayor en la Plaza del Mercado, el Consistorio inició las obras en este solar al nordeste de la ciudad. La falta de presupuesto paralizó los trabajos hasta que la creación de Mercasa le dio el impulso definitivo que lo hizo realidad hace 51 años.

Mercasalamanca nació como una empresa mixta en la que el Ayuntamiento de Salamanca contaba con la participación mayoritaria. La gestión era compartida por la citada sociedad Mercasa y por los usuarios de las instalaciones. Como apuntaba el ministro Codina con notable entusiasmo, la concentración de la oferta de productos alimenticios traería consigo “mejoras en la calidad del servicio y reducciones en los costes de comercialización”.

El gran mercado de Salamanca llegaría hasta el siglo XXI con más de medio centenar de mayoristas que desde el recinto suministraban pescado, fruta, hortalizas y carne no solo a Salamanca, sino a detallistas de Cáceres, Plasencia, Zamora, Valladolid, Ávila y Portugal. Vendía al año un promedio de 80.000 toneladas de producto. Pero las viejas instalaciones ya no daban abasto a la demanda. En 2001, el Ayuntamiento solicitaba a la UE 2.000 millones para poner en marcha un gran complejo logístico en La Salud y ese fue el lugar escogido para el nuevo Mercasalamanca. Un emplazamiento estratégico en un nudo de comunicaciones donde en 2009 se hacía realidad en el nuevo recinto junto a la Zona de Actividades Logísticas de Salamanca (Zaldesa) la unidad alimentaria más grande de Castilla y León y la más moderna de España.

Pero la crisis económica dificultó los primeros años de actividad. Los proyectos urbanísticos frustrados (una gran zona residencial de 1.000 viviendas) en los terrenos de Calzada de Medina torpedearon la financiación de las nuevas instalaciones, que modernizaba radicalmente las estructuras comerciales de los mayoristas salmantinos. No faltaron las tensiones por una subida de costes no prevista, pero el tiempo puso todo en su lugar.

Hoy, los 255.000 m2 del gran complejo Mercasalamanca acoge a 22 empresas mayoristas en sus Mercados de Frutas y Hortalizas y Pescados. Además, otras 20 empresas de distribución, logística y otros servicios operan en la Zona de Actividades Complementarias.

La generación de frío industrial, centralizada para los usuarios del recinto, es la gran aportación del nuevo Mercasalamanca. Los equipos suministran un servicio a la medida a todos los puestos de ambos pabellones. Cada mayorista puede solicitar la temperatura idónea para la conservación de sus productos. El crecimiento de este útil servicio es la gran apuesta de futuro del “Merca”. Como rezaba uno de aquellos eslogans de 1971, “Para un Salamanca de hoy, un mercado de mañana”.

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