Martes, 17 de agosto 2021, 19:14
Fue en las pasadas Navidades cuando Montse llamó a la puerta de Casa Samuel de Cáritas. A su enfermedad por el Sida, problemas de salud y diabetes se unía una profunda depresión por el reciente fallecimiento de su marido. “Casa Samuel ha sido mi ángel de la guarda para salir del bache. Gracias a ellos he salido adelante. Yo sola no habría podido. Son buenas personas, me han atendido y cuidado muy bien. Estoy muy contenta”, confiesa Montse.
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Al trabajo de recuperación de Montse durante ocho meses, nada fácil y con sus altibajos, se ha unido todo lo que conllevan las medidas para evitar contagios de coronavirus. Los integrantes de la casa de acogida Samuel, personas con VIH, se han visto especialmente afectados por la pandemia, al no tener apenas oportunidades para abandonar el centro durante este último año y medio tan complicado.
Afortunadamente, esta semana, Montse y otros seis usuarios de la Casa han vivido un momento muy ansiado y especial. La mejora de la situación tanto en el interior como en el exterior les ha permitido esta vez salir del edificio por primera vez en meses.
Fue una salida en grupo al Centro Comercial El Tormes, donde disfrutaron de una cena distendida y una película en las salas de cine de Van Dyck. Pese a los problemas de movilidad de algunos usuarios o el bajo ánimo de otros, todos hicieron un esfuerzo para disfrutar de la actividad. Para ellos, fue una tarde “en familia” llena de risas en un ambiente diferente. “Una actividad, sin duda, beneficiosa para sus procesos de recuperación personal”, según destacan desde Cáritas.
“Fue una experiencia muy buena. Me lo pasé pipa. Teníamos muchas ganas de salir. La pandemia se lleva mal porque nos impide salir y por el agobio de tener que usar la mascarilla en la casa”, reconoce Montse.
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La divertida película “Operación Camarón” del cineasta salmantino Carlos Therón que triunfa en taquilla en España fue la elegida por unanimidad entre los usuarios de Casa Samuel, que compartieron risas y bailes al son de la animada banda sonora.
Durante la pandemia, la cifra máxima de usuarios acogidos en Casa Samuel se ha reducido para evitar que compartan habitaciones. Eso ha hecho que en el centro oscile entre siete y nueve la cifra de usuarios ahora en verano, lo que favorece la cercanía en la convivencia, la tranquilidad y un “clima más familiar”. Así lo confirma Marina Santos, educadora en Casa Samuel.
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La casa de acogida de Cáritas Diocesana de Salamanca está dirigida a enfermos de Sida que se encuentran en una fase avanzada de la enfermedad y no cuentan con apoyo familiar ni social. Su objetivo ha sido ayudar a aquellos tocados por el VIH que parecían condenados a morir sin remedio, prolongar su salud y dignificar su vida. Pero el paso de los años y los antirretrovirales han convertido al Sida en una enfermedad con un índice de mortalidad mucho menor que el que existía antes. Sin embargo, siguen siendo necesarios lugares de referencia como Casa Samuel, donde se ayuda a sus usuarios a vivir con dignidad, acompañándoles tanto física como espiritualmente.
Montse es un ejemplo de recuperación personal. “Es muy alegre y sociable. Con todo el mundo se lleva bien. Es muy agradable cuidarla, lo hace todo más fácil y eso se agradece”, destaca la educadora Marina Santos.
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La Casa Samuel es un hogar de acogida para personas afectadas por el VIH-Sida que nació en 1994 y fue el primero de Castilla y León en ofrecer un recurso de acogida y hogar para los afectados por el virus del VIH-Sida que no contaban con otros apoyos. Los años y los avances médicos y farmacológicos han convertido al Sida en una enfermedad crónica con un índice de mortalidad mucho menor, pero el centro sigue siendo muy necesario.
Ofrece a las personas un espacio donde tener cubiertas sus necesidades básicas y donde poder iniciar un proceso de recuperación personal, además de asesorar sobre la infección, facilitar la adherencia al tratamiento, apoyar y acompañar a la persona enferma durante su ingreso en el hospital y buscar alternativas tras el alta médica, orientando sobre prestaciones y ayudas y, si es posible, acompañando en el proceso de inserción social y labor.
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Esta semana ha tenido lugar en Casa Samuel un homenaje muy especial con la entrega de una placa de Cáritas dedicada a la Comunidad de los Sagrados Corazones, la congregación cuyo apoyo ha permitido ayudar a docenas de personas víctimas del Sida durante décadas. Todo comenzó en 1994 como una colaboración entre los Sagrados Corazones, Cáritas Diocesana de Salamanca y un grupo de voluntarios para crear un espacio donde se pudiera atender a personas con esta enfermedad, por aquel entonces con una tasa de mortalidad muy alta. Originalmente se trabajó en otra localización, cerca de la Iglesia Nueva del Arrabal. Debido al aumento de individuos que necesitaban atención, en junio de 2009 el proyecto se trasladó a unas instalaciones más amplias y mejor adaptadas: el antiguo palacete y actual Casa Samuel, situada en la avenida La Salle, 2. Durante el acto se leyó un manifiesto de agradecimiento, muy entrañable, que incluía los nombres de cada uno de los miembros que han pasado por la casa. El acto concluyó con una comida en familia y la entrega de la placa a la orden que ya no estará presente en el espacio.
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