La musicóloga salmantina Josefa Montero, ante un volumen con actas catedralicias. | GUZÓN

Los secretos, hasta ahora desconocidos, que esconden los libros de actas de la Catedral

Embarazos de reinas, la victoria de Arapiles o el terremoto de Lisboa sin víctimas en Salamanca son algunos de los acontecimientos históricos celebrados con música en la Catedral

Martes, 18 de agosto 2020, 22:30

La historia de Salamanca y hasta la vida nacional aparecen narradas, en muchas ocasiones, en las actas de la Catedral y van ligadas a acontecimientos religioso-musicales como relata Josefa Montero. Son abundantes, por ejemplo, las referencias al terremoto de Lisboa, de 1775. “Resaltan siempre que no murió nadie. Debió ser muy espectacular, muy impresionante, porque cuentan que se movió la torre. El 1 de noviembre estaban en los oficios, cantando el “Gloria Patri”, y se empezó a resquebrajar la torre. Pero en el lenguaje suyo “no se arruinó la iglesia”, o sea, no se cayó. A los pocos días llamaron al arquitecto, a ver qué se podía hacer para restaurarla. Y también se pusieron a cantar letanías y salves en acción de gracias. Y a los dos o tres días se cantó el himno fundamental de acción de gracias, que es el tedeum”, explica la musicóloga.

Publicidad

“El Ayuntamiento”, prosigue Josefa Montero, “se unió a la celebración. Yo creo que Consistorio y Catedral pagaban a medias aquellas fiestas. Y a veces también pagaba la Universidad. Estaban bastante confabuladas las tres instituciones”.

Cuenta la musicóloga que si era el Ayuntamiento quien quería apadrinaba la celebración, la victoria en la batalla de Arapiles, por ejemplo, venían a la Catedral dos o tres munícipes y los hacían entrar por orden de antigüedad: “Salían a recibirles afuera los dos canónigos más modernos y les conducían donde estaba reunido el Cabildo. Les sentaban según su importancia, y ellos exponían lo que fuera: “Queremos un tedeum porque ha parido la reina felizmente”. Mientras el Cabildo lo discutía y fijaba una fecha, mandaban a los munícipes a la capilla de Santa Bárbara a esperar. Luego iban a buscarles a la capilla de Santa Bárbara, se les comunicaba la resolución y se iban, siendo despedidos por el mismo orden de acompañamiento con el que les habían recibido.

En cuanto a partos reales, quien más veces dio a luz fue María Luisa de Parma, prima y esposa de Carlos IV. Tuvo 14 hijos de 1771 a 1794 , algunos de ellos cuando era Princesa de Asturias, aunque solo la mitad llegaron a la edad adulta. “Carlos III”, comenta Josefa Montero, “escribía diciendo que estaba próxima a dar a luz su querida nuera la princesa de Asturias y que entonces pedía rogativas para que fuera bien el embarazo y el parto. Y cuando llegaba la carta del rey, diciendo que por fin había nacido un infante o una infanta, se cantaba un tedeum. Normalmente, la carta del rey se recibía en la Catedral y en el Ayuntamiento. Las actas catedralicias reflejan también qué se acordaba contestar al rey”.

A la musicóloga le gustaría poder viajar en una máquina del tiempo para ver aquellas celebraciones: “El Cabildo se reunía dos veces por semana mínimo si no había algún extraordinario, como organizar un tedeum porque había escrito el rey,que había ganado una batalla o que había parido quien fuera. Y a eso se sumaban las rogativas. Si había una plaga de langosta, había que rogar. Aunque las rogativas son casi todas por las batallas: “que ganen nuestros ejércitos”. Y también para pedir lluvia porque había una pertinaz sequía. Y entonces sacaban generalmente la milagrosísima imagen del Cristo de las Batallas: a veces iban cantando letanías hasta otra iglesia y luego volvían. Tenía que ser curioso. Rogativa y tedeum van aparejados: primero ruegas cantando salves y letanías, y una vez que ha funcionado, se organiza el tedeum de acción de gracias”.

Publicidad

Josefa Montero siente debilidad por un tedeum de 1812 de Manuel José Doyagüe. El maestro “le contó a Fernando VII la película de que lo había compuesto cuando iba a nacer su primer hijo, que luego fue una hija que se murió. Cuando nació la segunda hija, fue a Madrid y lo dirigió allí y Fernando VII quedó encantado. Si Lord Wellington hubiera hablado... porque se “estrenó” en Salamanca para festejar una acción de gracias por la batalla de Arapiles con Lord Welington sentado en la Catedral Nueva”. A la musicóloga le gustaría que esta obra se grabara para la posteridad, por el “trabajo que fue transcribirlo nota a nota, revisarlo ... Además es muy alegre y bonito; es júbilo, acción de gracias, aunque tiene una parte que asusta, que alude a cuando seamos juzgados”.

Pero también hubo que celebrar en la Catedral victorias de los ejércitos de Napoleón, con su tedeum de rigor. Los músicos de la seo fueron llamados a filas en la Guerra de la Independencia (en época de Doyagüe la orquesta superaba las 20 personas con cantores), aunque con la desamortización de José Bonaparte de los conventos, algunos frailes fueron contratados para cantar en la seo.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Disfruta de acceso ilimitado y ventajas exclusivas

Publicidad