Sábado, 12 de febrero 2022, 13:02
La Universidad de Salamanca respira historia por los cuatro costados. El edificio de la institución que se sitúa en el número 30 de la calles Libreros es un reclamo, no solo para los estudiantes que se encuentran en la ciudad charra, sino para todos los turistas que se acercan en algún momento a Salamanca. Pasar por delante de su fachada es sinónimo de ver gente observándola y como no... buscando la famosa rana. Cuenta la leyenda que el estudiante que vaya a estudiar a la ciudad y la encuentre tendrá suerte y aprobará los exámenes. Junto a ella en la fachada también está la imagen de los Reyes Católicos acompañada del texto en griego “Los Reyes a la Universidad y la Universidad a los Reyes”, el águila bicéfala del emperador Carlos V, la representación de todos los reinos de la España de la época y el águila de San Juan, símbolo de la Reina Isabel la Católica. Además, también se puede ver la imagen de un pontífice sentado en su cátedra aleccionando a una serie de cardenales. Benedicto XIII, Martín V o Clemente VII son algunos de los nombres que se han barajado, aunque tampoco se descarta que pueda tratarse de una versión abreviada del escudo universitario.
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En el interior del edificio histórico de la Universidad de Salamanca originalmente sólo había una planta, aunque en el siglo XIX se añadió un segundo piso. En el primero de ellos están las antiguas aulas, en cuyas puertas se pueden ver unas lápidas que señalan las disciplinas que se enseñaban en cada una. Destaca de entre ellas el Aula de Fray Luis de León, del siglo XVI. En esta planta se sitúan también el Paraninfo, que es el lugar donde se celebran los actos académicos de mayor importancia, y la Capilla, del siglo XVIII, que cuenta con un sencillo pero elegante retablo y un órgano que data del siglo XVII.
En la planta superior destaca el artesonado mudéjar, la puerta gótica y una reja gótica que da acceso a la Biblioteca. Esta biblioteca tiene una librería barroca y unos 40.000 ejemplares anteriores al siglo XIX.
La escalera de acceso al piso alto es otro de los atractivos del histórico edificio. Se trata de una joya del renacimiento español y tiene una particular simbología. Sus tres tramos representan las tres etapas de la vida del hombre: juventud, madurez y senectud y el ascenso de éste hacia a la perfección moral y espiritual, atravesando los peligros de cada una de las etapas.
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