Jueves, 14 de octubre 2021, 22:06
Los propios profesionales sanitarios reconocen estar sorprendidos de la cantidad de gente que todavía sigue acudiendo a vacunarse -incluso para primera dosis- al nuevo punto de vacunación de la calle Valencia.
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El ‘garaje’ que se ha adaptado para la ocasión abre a las 9:00 de la mañana y en menos de dos horas ya habían desfilado casi 40 personas, en su mayoría jóvenes de menos de 29 años, o menores de edad acompañados por sus padres.
“Llega aún mucha gente para primera dosis. Hace días han venido dos ancianos de 87 y 94 años por la primera dosis y cuando les preguntamos que por qué no se habían vacunado antes te dicen que no habían querido”, explica el personal del recinto.
La pregunta es: ¿Cómo es posible que a mediados de octubre todavía haya tanta gente pendiente de vacuna? La respuesta es casi común para todos los jóvenes: no cuadraron las fechas durante el verano, pero tampoco había sensación de prisa ni miedos.
Otro de los casos más recurrentes es el de los jóvenes que se contagiaron en verano y estaban esperando a que les permitan pincharse. María se infectó en julio y ayer acudió a recibir su primera y única dosis. “He recibido un correo de la Universidad de Salamanca diciendo que acudiéramos hoy y lo he hecho. Me vacuno en octubre porque me contagié en julio y, en teoría, tendría que haber esperado hasta diciembre para vacunarme para poder recibir la vacuna, aunque esto lo cambiaron hace poco”, explica. El pasado 4 de septiembre la Junta decidió empezar a vacunar a las personas que hayan pasado la enfermedad hace, al menos, cuatro semanas.
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Pedro -abulense que lleva cuatro años en Salamanca- también se contagió en julio y “estaba esperando” a que le llegara la fecha, aunque lo cierto es que hace más de un mes que podía haberlo hecho.
Miguel es un estudiante cordobés que ha estado fuera durante el verano y al que no le cuadraban las convocatorias de agosto, por lo que se pinchó en septiembre y este miércoles acudió a por la segunda dosis.
Javier, menor de edad, había tenidos dos convocatorias en Ciudad Rodrigo, pero ambas le coincidieron con planes de vacaciones y se descartaron dada la mínima incidencia que la enfermedad tiene en los más jóvenes. Al final ha optado por desplazarse a la capital para inmunizarse. “Las primeras fechas no nos veían bien y ahora ya había ganas de vacunarse”, apuntaba su familia.
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El de Leire es un caso más peculiar. Aunque es de Guipúzcoa, tiene su tarjeta sanitaria en Salamanca mientras duren sus estudios universitarios. “Hasta que no he regresado a Salamanca no he podido vacunarme”, explicaba.
Otro de los motivos que este miércoles se escucharon hasta en tres ocasiones es el del embarazo: mujeres que esperan a una cierta semana de gestación para poder vacunarse o que, como en el caso de una joven odontóloga, han esperado a dar a luz: “Estaba de siete meses y mi ginecóloga me recomendó esperar a tener al bebé, así que he venido ahora”, explicaba ante la desaprobación del personal médico: “Si te han dicho que no te vacunaras no te han recomendado lo correcto”, le respondían.
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