Viernes, 12 de agosto 2022, 19:37
“En menos de dos meses no da tiempo a nada”. Esa es la tajante conclusión que realizan los encargados de las empresas salmantinas dedicadas a instalar puertas automáticas después de que el Gobierno publicara el pasado día 2 el Real Decreto-ley para el ahorro energético y obligara a los comercios, entre otras cuestiones, a poner este tipo de cierre para evitar el “despilfarro” de energía. La fecha límite para su cumplimiento es el próximo 30 de septiembre y los instaladores son claros: “Es inviable”.
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En primer lugar, tal y como han comentado a este periódico, el tiempo medio de elaboración del presupuesto, toma de medidas y posterior montaje por cada puerta es de 4 semanas. “Ya hemos recibido peticiones de interesados que llaman pidiendo información pero aún no hemos hecho ningún presupuesto. No obstante, teniendo en cuenta la gran cantidad de comercios que hay en Salamanca no se van a poder fabricar todas las puertas a tiempo”, relata Andrés Hernández, responsable de una empresa de montaje de puertas automáticas.
Y es que a las elevadas solicitudes que esperan recibir en los próximos días, hay que sumar el periodo en el que ha salido a la luz el Real Decreto-ley de medidas de ahorro energético, en pleno verano. “La gente está de vacaciones, algunas fábricas están cerradas, los plazos de entrega se retrasan... No habrá capacidad material para hacer tantas puertas en un periodo de tiempo tan corto”, asegura el salmantino.
Pero además, como indica otra trabajadora en una empresa del sector, que prefiere no revelar su nombre, en menos de dos meses a los afectados no les va a dar tiempo a buscar financiación y reunir el dinero. “Es que está todo el mundo de vacaciones y no es poco dinero. Entre albañilería y la puerta podemos estar hablando de entre 3.000 y 5.000 euros, aunque en función de los materiales que elijas y demás puede subirse más el precio”, indica. “No es algo que se haga de la noche a la mañana y la forma de hacerlo varía en función de la ubicación de la puerta. Lo más barato sería automatizar la puerta, un sensor en el motor”, cuenta.
Esta medida afecta a edificios y locales con sistema de refrigeración de uso administrativo y comercial —tiendas, supermercados, grandes almacenes, centros comerciales y similares—, pero también aquellos de pública concurrencia, como los espacios culturales (teatros, cines, auditorios, centros de congresos, salas de exposiciones y similares), los establecimientos de espectáculos públicos y actividades recreativas, de restauración (bares, restaurantes y cafeterías), y de transporte (estaciones y aeropuertos).
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