Lunes, 17 de febrero 2020, 19:17
En el año 2016 se puso en marcha el Programa CES para la captura, esterilización y suelta posterior de gatos. Nació con la intención de estabilizar y controlar las colonias felinas de la calle. Y eso incluía también al Cementerio San Carlos Borromeo, en el que habitaban de forma habitual unos 200 felinos.
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Ahora, unos años después, el Camposanto acoge una colonia “estable y controlada”, según reconoce Fredes Barbero, quien se encarga de cuidarlos y mantenerlos, dentro del acuerdo que mantiene el Ayuntamiento de Salamanca con la Asociación Salmantina Protectora de Animales y Plantas. De hecho, el número de estos animales que viven de forma habitual en el Cementerio es de 80 gatos, en su gran mayoría esterilizados. La imagen de estos animales se mimetiza en el tranquilo y sigiloso entorno, solo interrumpido por alguna maquinaria de los servicios de limpieza o por algún vehículo para transportar herramientas de los trabajadores del cementerio.
Desde el Área de Bienestar Social del Ayuntamiento de Salamanca y desde la propia protectora se contempló la posibilidad de acondicionar uno de los espacios del Cementerio para acoger a los gatos y proporcionarles los servicios que necesitan. Así, se habilitó unas estancias que se encontraban en un pésimo estado y que ahora acogen una gatera para todos ellos. Cuenta con tres estancias: una sala dedicada a enfermería veterinaria; un gran dormitorio y un almacén.
Además, también se ha instalado un gran arenero que estará cubierto. Este espacio ha sido concluido recientemente y en los próximos días se procederá a equipar estos habitáculos con estanterías, camas, literas para buscar el bienestar de estos vecinos del cementerio. Aunque junto a esta tarea, otra más complicada. Conseguir que estos animales se acostumbren a dejar sus lugares habituales en el Camposanto para dirigirse a estas nuevas estancias.
Pese a algunos detractores no están de acuerdo en que estos felinos habiten junto a las tumbas y panteones, desde la protectora se asegura que realizan una importante función. “Estamos hablando de una colonia histórica de decenas de años y que se mantiene estable. En su día llegaron para controlar plagas y esa función la realizan perfectamente”, asegura Fredes Barbero.
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Tras comenzar a aplicarse el Plan CES, se han dado unos 70 gatos en adopción en cuatro años, lo que ha permitido que se haya reducido la colonia hasta los 80. “Tratamos que la convivencia con los usuarios sea la mejor. Hay gente a la que le encantan los gatos, y hay otros a los que no les gusta que estén aquí, pero respetan y no les importa que formen parte del entorno. Estamos en una sociedad avanzada en la que se respetan los derechos de los animales”, añade. Por ese motivo, se dio un paso más y se abordó la necesidad de crear un espacio-refugio para todos ellos, que ya es realidad.
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