Los estudiantes celebraban la procesión del santo hornazo en una imagen de 1987 ARCHIVO

Las tradiciones perdidas del Lunes de Aguas

La procesión del santo hornazo, las charangas y estudiantes cruzando el río en barca protagonizaban esta fiesta hace medio siglo

Sábado, 27 de abril 2019, 14:09

Ni cabezudos, ni tamborileros, ni salmantinos ataviados con trajes típicos. Ni que decir tiene de la procesión del ‘Santo Hornazo’ en la que toda una cohorte de estudiantes paseaban por la orilla del río Tormes a la popular empanada.

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Poco queda del Lunes de Aguas de antaño y la hilera de ciudadanos que recorrían las calles desde la Plaza Mayor hasta La Aldehuela encabezados por varios caballos han dado paso a pequeños grupos de familias y amigos que en la mayoría de los casos deciden pasar el día en casas de campo, bodegas y demás locales bajo techo. La etnógrafa Rosa María Lorenzo explica que el Lunes de Aguas nació como una romería, la primera de la primavera, en la que todo el mundo salía a la calle para celebrar una jornada en familia. “Estaba también muy enfocado a los pequeños y había muchas actividades para ellos”, asegura.

Como ocurre en más de una ocasión con las fiestas populares, la mayoría de las costumbres del Lunes de Aguas se han echado a perder y ni siquiera las charangas se ha conservado. De hecho, no han vuelto a amenizar las principales zonas verdes de la capital desde que el Ayuntamiento decidió en 2008 prescindir de ellas. Tampoco queda nada ya de aquellos que se pegaban por ocupar uno de los botes del río para cruzarlo entre risas y cánticos.

Y es que hasta el producto estrella de este día, el hornazo, ha sufrido su peculiar evolución. “El Lunes de Agua va unido al hornazo. Siempre se consumía este día -y no a menudo como pasa en la actualidad- para así romper con el ayuno de carne durante la Cuaresma”, relata Rosa María.

Sin embargo, la etnógrafa recuerda que años atrás esta masa de embutido y huevo, principalmente, siempre se elaboraba con forma de media luna. “Era considerado un plato muy religioso y hacerlo con esta apariencia significaba otro guiño más a la Semana Santa, por la celebración del Domingo de Pascua con la primera luna llena tras el equinoccio de primavera. Ahora ya todas son rectangulares y, en ocasiones, redondas”, concluye.

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