Miércoles, 20 de julio 2022, 21:31
En 2005, con Junichiro Koizumi a la cabeza, los miembros del Gobierno japonés decidieron quitarse la corbata y la chaqueta para ahorrar energía, concretamente para reducir el gasto en aire acondicionado. La idea caló en varias empresas en los años posteriores, pero suscitó la polémica cuando llegó al Parlamento español. Cuatro veranos después, el ministro de Industria, Turismo y Comercio, el socialista Miguel Sebastián, apostó por subir la temperatura del aire acondicionado y, para compensar y ganar en confort, quitarse la corbata en verano.
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Un grado más en el termostato, esgrimió, supone un 7% de ahorro. Sin embargo, esta propuesta generó un rifirrafe con su compañero de partido, José Bono, quien entonces ocupaba la presidencia del Congreso de los Diputados y que defendió que los parlamentarios debían mantener los usos y costumbres del decoro.
Más allá de la anécdota, la búsqueda de medidas de “microahorro” energético no es algo nuevo. El más reciente plan de medidas para reducir consumo eléctrico lo aprobó el Consejo de Ministros el pasado 24 de mayo, con la llegada de una anticipada primera ola de calor.
En el documento promovido por los Ministerios de Transición Ecológica y Función Pública, se apuesta por el “refuerzo de la modalidad de trabajo a distancia” en la Administración General del Estado para “reducir el impacto energético tanto por los desplazamientos al lugar de trabajo como por el consumo de energía en propio centro de trabajo”.
Eso sí, en este caso, el consumo eléctrico de los equipos informáticos lo realizaría cada trabajador en su propio domicilio. La norma, con carácter general, contempla tres días de trabajo a distancia y dos presenciales para aquellos trabajadores que puedan hacerlo, y recomienda que el resto de administraciones públicas sigan su ejemplo.
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En el mismo plan se hacía alusión a algunas de las instrucciones que ya han adoptado tanto el Ayuntamiento de Salamanca como la Subdelegación del Gobierno, como el control de las condiciones de temperaturas adecuadas en locales e instalaciones climatizadas o la racionalización del encendido y apagado de los equipos informáticos.
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