Raúl Martín lleva desde el año 1974 dedicándose al sector | L.G.

Las ferreterías: los últimos supervivientes de los ‘farmacéuticos’ del hogar

Hace 20 años, Salamanca llegó a albergar más de 20 ferreterías y ahora solo quedan 10. Los ferreteros salmantinos declaran que el sector lleva años muy ‘flojo’ e ‘inestable’ debido a la competencia con las grandes superficies, la aparición de internet y el aumento de los precios

Lunes, 24 de abril 2023, 21:42

“Buenos días, nos ha costado mucho encontrar una ferretería abierta, casi no hay ya”. Con estas palabras entraron dos clientes al interior de la ferretería de Raúl Martín, una de las pocas ‘supervivientes’ que continúa con las puertas abiertas en Salamanca. Varios ferreteros salmantinos—definidos entre ellos como los ‘farmacéuticos’ del hogar porque saben qué ‘recetar’ al cliente cuándo les plantean los problemas o arreglos de su casa— , coinciden en que el sector de la ferretería y el bricolaje lleva años muy flojo e inestable. “El negocio está raro, funciona a ratos y a temporadas. Soy ferretero desde el 2000 y desde ese año ha evolucionado mucho a la baja debido a la aparición de internet y a las grandes superficies, entre otros motivos”, explica Óscar García.

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Además destacan que hace 20 años Salamanca llegó a albergar más de 20 ferreterías y ahora “quedarán unas 10 como mucho”. “Casi en cada barrio había una. Algunas las han cerrado porque los hijos no han continuado con el negocio o porque no interesa este gremio. Cada vez se gana menos y es complicado, se necesitan muchos años de aprendizaje para saber qué recomendar al cliente”, explica el ferretero Raúl Martín.

La voz de los profesionales

Soy la segunda generación de este negocio familiar. Mi padre falleció en el año 2006 y decidí hacerme cargo de la ferretería. Eso me aporta muchas ventajas que no existirían si tuviera que abrir una nueva, como la cartera de clientes y la experiencia”, detalla Óscar García.

El salmantino Raúl Martín también heredó el negocio de su padre, una ferretería con más de 50 años de historia. “Esto ha evolucionado mucho tanto para bien como para mal. Ahora todo son avances, a través de un código de barras tengo localizado mi stock y antes era una locura buscar en el almacén. La clientela también, antes tenía clientes fieles que esperaban unos días si no disponía de algún artículo, ahora vienen y se lo quieren llevar al instante o sino se van a otra tienda”, lamenta.

Los ‘contras’ del sector

Según Raúl Martín, los ingresos han bajado “casi un 40% desde hace 20 años para acá” y los precios de los productos han subido mucho. “Si tuviera que pagar alquiler más luz y agua sería imposible seguir abierto. En cuanto a los precios, los clientes vienen y se quejan. Hay cosas que directamente ya no las trabajo porque antes costaban cuatro y ahora valen siete euros, y en ocasiones me da cosa pedirles ese aumento”, reconoce.

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“Hay algunos artículos que han aumentado un 5% y otros un 40%. Los clientes se quejan pero es que a veces no son conscientes de que pasa en otros sectores. El cable de cobre, el hierro, el corcho... han subido mucho. Sin embargo la pintura, el material eléctrico o las bombillas led se han mantenido. Los costes comenzaron a subir antes de la guerra de Ucrania”, cuenta Óscar García.

A pesar de los inconvenientes, los ‘farmacéuticos’ del hogar continúan con sus puertas abiertas, pero esperan que los clientes no se olviden del pequeño negocio. “Si esta mentalidad no cambia nos vemos abocados al cierre porque no podemos competir con las grandes multinacionales”, concluyen.

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