Alberto, de brazos cruzados en su bar de Alfonso de Castro, e Isa, en su bar de Torres Villarroel. ALMEIDA

Las consecuencias del cierre para los hosteleros salmantinos: “Esta Navidad no tendremos Reyes”

Piden más ayudas públicas

Viernes, 18 de diciembre 2020, 18:48

“Nunca he tirado tantos pinchos”

Isa lleva tres años el frente de su bar en Federico Anaya. Después de cerrar el mes impuesto por la Junta su mutua le ha compensado con 380 euros. “Dime si con eso se puede mantener un alquiler de 1.200 euros, una factura de 300 euros de luz, el gasto de empleados, de Seguridad Social, el IVA...”, se pregunta la empresaria, que tiene dos niños pequeños y prefiere no pensar en un futuro muy lejano.

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“Esto es inviable”, insiste. Despidió a su trabajadora cuando la Junta clausuró la hostelería en noviembre y ahora la ha vuelto a contratar por horas. “Cada vez tenemos menos actividad. Tenemos un aforo máximo del 50%, una cota que si la mantuviéramos todo el día daría para librar gastos, pero ni eso. La gente tiene miedo de entrar en los bares. Mi local es grande y cuando ven que hay dos o tres mesas llenas ya no entran”.

Esta falta de clientes se nota cada día al cerrar el negocio. “Jamás en mi vida había tenido que tirar tantos pinchos como ahora”, confiesa la mujer, que no vende una oferta que hace unos meses desaparecía de la barra. “Afronto la Navidad con pocas ganas y esperanza. Ya me he gastado el crédito ICO que pedí y sí me planteo el cierre”. Asegura que antes de dar carpetazo a su proyecto primero trabajaría sola en el local. “El Gobierno debe coger el mando y asumir su responsabilidad. Si nos manda cerrar, qué mínimo que nos compense con una parte de la facturación del año pasado”.

“Esta Navidad no tendremos Reyes”

Alberto se encuentra en una situación aún peor que la media de los hosteleros. Abrió su negocio en mayo pasado. Al no tener más de un año de actividad no tiene derecho a muchas de las ayudas ni a los créditos ICO. Ahora ha retomado la actividad y confiesa que ha tenido que tirar de ahorros para continuar con el negocio. “No sé cuál es la salida. He perdido todos los ahorros por una mala gestión de quién sea, que tendrá que darme una solución”. Es consciente de que su futuro se cuenta por días, porque lo que saca de caja no llega para los gastos. “En nuestro caso no habrá dinero para Reyes, tendremos una buena cena con alguna botella que nos sobre del bar, pero no habrá dinero para regalos”. Duda de que el negocio aguante hasta enero. “Tenemos que ir pensando en el día a día. Los clientes habituales nos dicen que aguantemos, pero no es una cuestión de querer, si fuera por nosotros nos quedaríamos”. Señala que la pobreza ha sobrevenido al sector de la hostelería, pero a pesar de los esfuerzos “seguimos trabajando para la Administración y para hacer frente a los pagos”.

La llegada de la vacuna contra el COVID ha creado esperanzas entre la sociedad. “Estoy seguro de que el próximo verano se trabajará bien, no como en 2019, pero la economía mejorará en la hostelería. Otra cosa es quién lo pueda ver, porque el 70% de los bares no va a llegar en estas condiciones”.

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