Sábado, 30 de noviembre 2019, 10:57
La Plaza Mayor, epicentro de la ciudad, fue el primer lugar en desterrar el tráfico rodado en los años 70 al suprimir las zonas de aparcamientos para vehículos. En los años 90 fue cuando el peatón comenzó a ganar terreno al asfalto. La primera calle fue la Rúa y otras siete vías del barrio Antiguo, mientras en 1994 el alcalde socialista Jesús Málaga decidió afrontar el problema de tráfico peatonalizando las calles Toro y Zamora. Algo que le costó la frontal oposición de comerciantes y conductores.
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La pavimentación de las calles en los últimos años, convirtiéndolas en peatonales, propició que los viandantes pudieran transitar con comodidad por ambas y realizar sus compras con mayor seguridad. A esto contribuyó, además, el aumento de plazas de aparcamiento para facilitar la afluencia de los salmantinos y turistas a las dos principales vías comerciales de la ciudad. Otro factor importante para la ciudad ha sido la mejora en términos medioambientales, al reducir de forma notable la contaminación y el ruido, por lo que tras la oposición frontal de un principio se ha pasado a un aplauso general.
La peatonalización, de la forma en la que era entendida en aquellos años, ha cambiado de modo en los últimos años, ya que no solo significa el cierre al tránsito de vehículos determinadas calles, sino que, además, conlleva una serie de medidas para poner en valor dichas áreas o barrios como nuevas zonas verdes y mejor iluminación.
Fue en 2013 cuando el por entonces alcalde ‘popular’ Alfonso Fernández Mañueco presentó un ambicioso Plan de Movilidad Sostenible, que aún sigue vigente y que contempla pasar de los 11,5 kilómetros actuales de calles peatonales a 27 kilómetros, una medida que trata de dar más calidad de vida a los salmantinos y favorecer la actividad económica del comercio, la hostelería y el turismo, además de una mayor protección a la zona Patrimonio de la Humanidad.
Por el momento ya se ha aplicado un primer eje, eliminando el tráfico de Azafranal y Pozo Amarillo (desde Santa Eulalia hasta Correhuela); Palominos, Serranos, Cervantes, Rabanal, Carniceros y Tahonas Viejas; Deán Polo Benito, Vázquez Coronado, Padilleros, Rector Tovar, Rector Lucena, Santos Jiménez y Luis Hernández Contreras. Igualmente ya se ha desterrado el tránsito de coches particulares en las calles Quintana, Juan del Rey, Prado e Íscar Peyra (hasta Cuesta del Carmen), así como en la plaza de la Merced y las calles Veracruz, bajada de Tentenecio, Trilingüe y Las Mazas.
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El próximo año 2020 se sumarán una vía y media más: la calle Ancha y el tramo de Ramón y Cajal comprendido entre La Purísima y Fonseca. A medio y largo plazo este Plan de Movilidad aboga por peatonalizar también Pozo Amarillo (último tramo), San Pablo y la zona de los Dominicos, así como Íscar Peyra, Bandos, Cuesta del Carmen, peña Primera y la zona de las Úrsulas junto al Campo de San Francisco. El barrio de San Vicente y Crespo Rascón y la plaza de la Fuente son otros proyectos pendientes.
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