Domingo, 10 de abril 2022, 11:52
La crisis energética no solo ha disparado los costes del autobús urbano —que de momento no han repercutido en las arcas municipales—, sino que las partidas presupuestarias consignadas para hacer frente a otros servicios del Ayuntamiento de Salamanca se han quedado también cortas.
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Según fuentes de la Concejalía de Hacienda, la factura energética del alumbrado público se ha duplicado en menos de un año.
Desde 2017 hasta junio del pasado año, el Ayuntamiento pagaba a 0,13 euros el kilowatio hora, pero ahora se enfrenta a precios que alcanzan los 34 céntimos.
Los primeros cálculos realizados por los técnicos municipales apuntan que, frente a los 2.120.000 euros que el Consistorio pagaba al año por encender las farolas que alumbran las calles de la ciudad, en 2022 podrían ser necesarios 4,6 millones.
El Gobierno de Carlos García Carbayo no ha planteado, al menos de momento, ningún recorte en el sistema de alumbrado público para contener el gasto, como sí hizo el Ayuntamiento en la anterior crisis económica, cuando se llegó a reducir la iluminación en determinadas zonas de la ciudad, como los parques, durante la madrugada.
Eso sí, ha reservado parte del superávit de 2021 para hacer frente al incremento de gastos que el encarecimiento de la energía está suponiendo para el Consistorio.
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