Miércoles, 22 de julio 2020, 14:33
La Diócesis de Salamanca ha creado un fondo social dotado de 500.000 euros que se destinará íntegramente a apoyar a las familias más afectadas por esta crisis y que será gestionado por Cáritas Diocesana de Salamanca. Esta decisión de la Diócesis es una manifestación del orden de prioridades en el uso de los bienes económicos de la misma, como ha indicado este miércoles Carlos López, obispo de la Diócesis. “Consideramos más conforme a la fe y la misión de la Iglesia en las circunstancias actuales de emergencia laboral y económica que afectan a tantas familias. Afrontamos de forma consciente y decidida la previsión de una situación económica negativa al final del año 2020. Consideramos que la caridad con los hermanos en grave necesidad es ahora más importante y urgente que la inversión en obras siempre necesarias de restauración de iglesias o centros trabajo pastoral” , ha asegurado
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Desde que comenzó el estado de alarma, Cáritas Diocesana de Salamanca organizó su labor para no dejar a nadie al margen, ofreciendo respuesta desde todos sus recursos. Durante este período, de 15 de marzo al 15 de julio se ha atendido a 1.507 familias, realizando con ellas 7.154 intervenciones. Por importe de 629.054 euros, un 121% más que en el mismo periodo del año anterior.
A nivel nacional el impacto en los ingresos en los hogares ha sido de tal envergadura que ha provocado que 3 de cada 10 hogares no dispongan ahora mismo de ningún ingreso, aproximadamente 450.000 personas que residen en hogares acompañados por Cáritas, representando un incremento del 136%.
La paralización de una parte importante de la economía ha provocado una rápida destrucción de empleo y por consiguiente un incremento del paro. En Salamanca, a principios de julio había 26.053 personas en situación de desempleo (de los cuales 11.452 cobraban algún tipo de prestación) y 20.600 trabajadores están afectados por los ERTE.
Particular gravedad reviste el tema de los inmigrantes irregulares, señala Carmen Calzada, directora de Cáritas Salamanca, “que viven entre nosotros y que se han quedado sin trabajo y sin posibilidad de acceder a ninguna prestación social, salvo la ayuda que podamos prestar las instituciones del tercer sector”. Se calcula que, en 2020, residen en Salamanca 520 inmigrantes irregulares de los 719 que residían en 2019, muchos han regresado a sus países ante la dureza de su situación existencial.
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La crisis y el confinamiento tienen un impacto negativo en el tema de la salud más acusado en los hogares con múltiples carencias. 1 de cada 4 ha visto como empeoraba el estado general de sus miembros. En 6 de cada 10 ha provocado un incremento de la ansiedad y una dificultad para dormir. Y en estrecha relación con el estado de salud, a veces como causa y a veces como efecto, se han incrementado los conflictos en la familia.
La realidad de inseguridad e inestabilidad en el que se desenvuelven muchas de las familias que se acompañan desde Cáritas, ha provocado miedo y preocupación de cara al futuro inmediato. “Esto nos exige estar más cerca, si cabe, para sostener, motivar y mantener la esperanza de poder avanzar hacia un horizonte de vida mejor y fundamentalmente reconstruir el sentido de sus vidas”, afirma Carmen Calzada, directora de la institución.
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