Jueves, 4 de noviembre 2021, 13:36
Octubre fue un mal mes para los vendedores de coches en Salamanca, no por la falta de demanda de los clientes sino por los problemas de suministro de automóviles que arrastra el sector desde el verano. La carencia a nivel mundial de microchips o semiconductores —materiales capaces de actuar como conductores eléctricos o como aislantes eléctricos— bloquea la producción en las fábricas y paraliza las ventas.
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Traducido a cifras implica para el sector salmantino un descenso de las matriculaciones del 27,7% en el caso de turismos y todoterrenos según los datos facilitados ayer por las patronales Anfac, Faconauto y Ganvan. Mientras el mercado a particulares bajó un 11,17% a nivel interanual, la caída se agudizó en la comercialización a las empresas, con un descenso en las matriculaciones del 59,57%.
Sergio Pérez, presidente de la Asociación de Empresarios Salmantinos de Automóviles y Talleres (Aesat), explica por qué la caída es mayor en este caso. “Ante la falta de vehículos las marcas han decidido no automatricular para vender directamente al particular, lo que reduce el mercado de empresa en el que computan estos coches”.
A pesar de que los primeros meses del año comenzaron con mucha actividad en el mercado, lo cierto es que en el acumulado desde enero la comercialización ya suma en Salamanca una caída del 12,68%, una cifra que es “tres veces peor” si se compara con la de 2019, aunque el escenario es más pesimistas que antes de la pandemia, “porque ahora no tenemos el mismo stock que entonces”, apunta Pérez. De seguir así, el representante empresarial calcula que la bajada de las matriculaciones a final de año puede superar el 20%. La reducción de la oferta en el mercado del vehículo nuevo afecta directamente al de segunda mano o de ocasión, que experimentó un incremento de ventas hasta que la oferta también se redujo. Esto ha provocado una subida del precio medio de estos coches. “Hasta ahora este sector había funcionado bien, pero en este momento ya tenemos menos rentabilidad y menos mercado”, apunta Pérez. A pesar de esta situación, subraya que “aún hay” coches a la venta, tanto de ocasión como nuevos, aunque los clientes deben adaptarse a la oferta porque si piden un coche nuevo con un equipamiento concreto puede tardar mucho más de lo habitual.
En la misma línea se posiciona Javier Mateos, responsable del concesionario Renault en Salamanca. “La demanda de vehículos está animada, pero no somos capaces de ofrecer al público lo que nos pide porque los coches vienen a cuentagotas. No les podemos asegurar los plazos de entrega porque no los tenemos claros”. Reconoce que aunque se vende más, la matriculación cae por la tardanza en las entregas. “Vendemos más de lo que matriculamos, pero el dato de venta no se hace público”, sostiene. También reconoce que el precio de los vehículos de segunda mano ha subido. Calcula que un coche medio está entre un 4% y un 5% por encima del año pasado debido al aumento de la demanda.
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La falta de vehículos nuevos desvía la compra hacia los de segunda mano, donde al final acaba agotándose el stock. Además, este mercado se nutre de las operaciones de compra de vehículos nuevos, que en muchos casos supone la entrega del coche viejo para venderlo como vehículo de ocasión. “También se surte de vehículos de flota, que ahora no se renuevan precisamente por esa falta de disponibilidad en las fábricas”, añade Javier Mateos.
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