Miércoles, 22 de septiembre 2021, 22:28
La pandemia provocada por el coronavirus y la declaración del estado de alarma hizo que la venta de vehículos se paralizara por completo durante tres meses durante el pasado año. Eso hizo que el sector automovilístico sufriera un importante varapalo, del que aún no se ha recuperado. Es más, a la crisis de la covid hay que añadir ahora un nuevo contratiempo: la falta de microchips. Se trata de materiales semiconductores y componentes electrónicos cuya fabricación está en manos de unas pocas empresas, que se lleva a cabo de forma lenta y costosas, y que ha golpeado de forma clara a la automoción. Elementos claves para la gestión del motor o los sistemas de seguridad (ABS, ESP, control de tracción, control de crucero...) dependiente de estos elementos por lo que la fabricación de coches ha sufrido un espectacular parón que afecta a la ralentización de envíos a los concesionarios.
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Esto ha tenido una incidencia directa en las matriculaciones, que en el mes de agosto cayeron un 38% respecto al pasado año. Tras un inicio de año irregular, las ventas se empezaron a recuperar en junio, pero la llegada de este parón en la fabricación ha provocado otra recesión. De hecho, en el acumulado del año, la matriculación de vehículos a particulares cae ya un 17,5% respecto al pasado año, ya de por sí negativo.
Toda esta situación ha hecho que los concesionarios se hayan visto obligados a retrasar la entrega de vehículos a sus clientes, que en la mayoría de los casos consultados por LA GACETA advierten de que hasta finales de año o comienzos del próximo ejercicio no podrán servir a los compradores. Los modelos más demandados tienen una entrega media entre 3 y 4 meses, lo que ha hecho que algunos fabricantes opten por sacar al mercado de forma inmediata series especiales con acabados con elementos de los que sí disponen en fábrica, adelantando de forma notable la entrega.
Todo esto ha provocado que en el mes de agosto se matricularan en Salamanca 220 vehículos, por los 355 del pasado año, mientras que en el caso de los particulares fueron 163 turismos respecto a los 265 de 2020. En este canal particular, en el acumulado del año se han vendido 1.322 coches, por los 1.575 de hace un año.
Pero el problema no solo afecta a los vehículos nuevos, sino también al mercado de segunda mano, puesto que los concesionarios han dejado de recibir coches procedentes de flotas de renting o de subastas. Todo ello ha hecho que el descenso en las ventas no solo se haya producido en Salamanca, sino en el conjunto del país, donde la venta de turismos y todoterrnos se hundieron un 29% respecto a agosto de 2020 hasta las 47.584 unidades. Según datos de Anfac (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones, estas cifras no se veían en el histórico de matriculaciones desde 2014. Solo agosto de 2013 y de 2011 se apuntaron menos ventas que este agosto 2021.
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