Martes, 11 de enero 2022, 21:16
Más aulas y despachos. La Universidad de Salamanca tiene una alta demanda de nuevos espacios y el equipo rectoral, tras haberse centrado en un primer momento en la contratación de nuevo profesorado y la estabilización de la plantilla, planea ahora la ampliación de sus infraestructuras. Dotar de nuevos espacios a la Facultad de Geografía e Historia y aumentar las posibilidades del Campus Miguel de Unamuno son las prioridades que estudia el vicerrector de Economía, Javier González Benito.
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En la campaña electoral, Ricardo Rivero se comprometió a retomar la construcción de un edificio anexo en Geografía e Historia, un proyecto pendiente desde hace décadas que primero se paralizó por el hallazgo de restos arqueológicos en la zona y después, con la crisis económica, quedó guardado en un cajón. Ahora, después de casi diez años, el equipo rectoral tiene intenciones de construir el ansiado aulario y solucionar así los problemas de falta de espacio de este centro, que se han puesto aún más de manifiesto con la pandemia.
“La Facultad de Geografía e Historia tiene necesidad de aulas grandes para traer a nuestro edificio los grupos numerosos de las asignaturas básicas que comparten todas las titulaciones del centro. Además necesitamos dos aulas insonorizadas adaptadas para enseñanzas musicales. Igualmente necesitamos despachos para los 11 profesores de música que en estos momentos están apiñados en un piso del Patio de Escuelas”, explica el decano José Luis de las Heras y recuerda: “Cuando se diseñó el edificio actual, en los años ochenta, no existían los estudios de Historia de la Música. En el momento de inaugurar el inmueble en 1991, la nueva titulación estaba comenzando aún y para salir del paso se tomó la decisión de convertir en aulas una casita que se había construido para vivienda del conserje. Hace unos años, cuando parecía que se podía asumir la inversión del nuevo edificio, se derribó la casita, porque estorbaba para construir el anexo, con lo cual nos quedamos con dos aulas menos”.
En la parcela actual tienen edificabilidad para 1.300 metros, suficiente para solventar los problemas actuales, por lo que el decano se muestra confiado en que esta vez sea la definitiva.
Por lo que respecta a la ampliación del Campus Miguel de Unamuno, aún no está claro si el equipo rectoral aprovechará el suelo edificable que queda en la zona —hay alguna parcela con posibilidades como la situada entre el edificio Dioscórides y el Centro del Cáncer en la que se pensó en un primer momento para el Banco Nacional de ADN— o si esperar a la construcción de la Facultad de Ciencias Agrarias y Ambientales, en La Platina, para reformar el inmueble en el que este centro está en la actualidad y darle un nuevo uso. Esta segunda posibilidad es la que más convence al vicerrector de Economía que reconoce que en el Campus Unamuno hacen falta, sobre todo, despachos y zonas de trabajo.
Todo dependerá del programa de inversiones que la Universidad de Salamanca consiga negociar con la Junta de Castilla y León.
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