Miércoles, 10 de agosto 2022, 22:09
La segunda “o” de Google se convirtió este martes en capitular de un antiguo manuscrito, en orla sobre “pan de oro” para una mujer a la que la historia ha convertido en la primera catedrática de España, pero que un reciente informe de la Universidad de Salamanca pone en entredicho.
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Luisa de Medrano, Lucía como se la ha llamado durante décadas, se convirtió este 9 de agosto en la “imagen” con la que el buscador de internet más usado del mundo ilustró su portada. El “Doodle” —nombre con el que Google ha bautizado el cambio de diseño diario que hace de su logo— “celebra el 538 cumpleaños de Luisa de Medrano”, a la que define como la poeta y filósofa “who is considered Spain’s first female professor” —en español, quien es considerada la primera catedrática (profesora universitaria) de España—.
Precisamente las dudas sobre la que fuese la primera docente del Estudio salmantino, son las que hicieron al Ayuntamiento dar marcha atrás en su intención de dedicarle tanto a ella como a Beatriz Galindo “La Latina” sendos medallones en la Plaza Mayor de Salamanca para aumentar en ella la presencia femenina. “Es constitutivamente imposible que una mujer haya sido en 1508 catedrática de cánones en este Estudio General”, concluyó la profesora del Departamento de Historia Medieval, Moderna y Contemporánea de la Universidad de Salamanca Ana María Carabias en un informe que elaboró a petición de la Comisión Territorial de Patrimonio de la Junta de Castilla y León ante la propuesta del Consistorio de integrarla en “la galería de ilustres” que constituyen los medallones.
Antes de publicar su investigación completa, Carabias explicó en 2019 a este periódico que “el error se debe a uno de los autores que se ha convertido en la fuente de información más acreditada de su valía intelectual”. Según explica en su artículo, la idea de que Medrano fue catedrática se asienta principalmente en dos fuentes históricas.
En primer lugar, Lucio Marineo Sículo que afirmó haberla oído “como orador, más también leyendo y declarando en el estudio de Salamanca libros latinos públicamente”. Ante lo que Carabias afirma que “una cosa es ser orador o lector en una cátedra y otra ser catedrático”. Y, la segunda fuente, un colegial llamado Pedro de Torres quien asegura en su “Cronicón” que “el día 16 de noviembre de 1508, la hija de Medrano lee en la cátedra de cánones”. Carabias insiste en que dar una clase no convierte a nadie en catedrático.
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Frente a ello, el doctor en Historia Ramón Grande del Brío, reivindicando que sí merece un medallón, defendió posteriormente que Lucía de Medrano no nació en Atienza (Guadalajara) —esa sería otra mujer con la que se la habría confundido, Luisa de Medrano Bravo de Laguna—, como apuntan la mayoría de los historiadores y como este martes publicó Google, sino que sus orígenes están en Salamanca. Aún así, reconoció en 2019 que es dudoso que fuese catedrática, pero defiende que sí impartió clases y que, por tanto, fue una adelantada a su tiempo.
El debate no quedó ahí. Posteriormente, Carabias respondió en otro artículo a Del Brío. “Por ser mujer, por la edad (cuando Marineo la escuchó, era una “muchacha y tierna doncella”. Epístola XII, 33), por el día en el que la vieron dar clase (un jueves, día de asueto en la universidad de aquel tiempo, en el que los catedráticos no daban clase)”, entre otras razones, niega que fuese catedrática. Remarca incluso que “es más, nunca hubo una mujer profesora de universidad en Castilla hasta varios siglos después”.
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“En mi opinión, Beatriz Galindo y Lucía de Medrano son dos de los casos en los que la historiografía ha alimentado un narración maravillosa; se ha recreado una fábula, una historia ficticia que a día de hoy es políticamente correcta; se ha construido un mito que, según Rábade, conviene deconstruir”, concluye Carabias en una de sus investigaciones.
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