Miércoles, 22 de septiembre 2021, 22:03
El sector de la automoción consiguió en julio un importante respiro de cara a la segunda mitad del año como consecuencia de la congelación del impuesto de matriculación hasta el 31 de diciembre. Todo ello después de que el Senado aprobase una enmienda para impedir la subida de dicha tasa, que elevó el precio de los vehículos el 1 de enero, tras la entrada en vigor de la nueva normativa de emisiones. Esta nueva regulación, mucho más estricta, hacía que los vehículos registraran una mayor cifra de emisiones de CO2, a las que está ligado el impuesto de matriculación, por lo que los vehículos experimentaban un aumento de tramo que lleva incluido una subida del precio.
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Desde entonces y hasta el 31 de diciembre, los modelos que emiten menos de 144 gr de CO2 por cada kilómetro recorrido no pagan el impuesto de matriculación, mientras que el resto de tramos también fueron modificados, lo que ha supuesto un ahorro del 4,75% del impuesto en los vehículos que emiten entre 144 y 192 gramos de CO2. Los coches en el tramo entre 120 y 160 gramos pagan un 9,75% de este impuesto, mientras que los que expulsen más de 240 gramos abonan un 14,75%.
Esto ha supuesto un importante ahorro para quienes han adquirido un coche nuevo, en torno a los mil euros de media. Como muestra, en 2020, en torno al 70% de los vehículos nuevos que se matricularon en España estuvieron exentos de pagar el tributo por emitir menos de 120 gr/km de CO2. En cambio, durante el primer cuatrimestre del presente ejercicio solo han dejado de abonarlo el 35,7 %, según datos de la Agencia Tributaria. El sector del automóvil aplaudió la medida, aunque esta llegó justo en el momento en el que estalló la crisis de los microchips y la demora en la fabricación de vehículos.
Los propietarios de concesionarios reconocen que en estos momentos se encuentran en una situación de ‘impás’, puesto que no hay ninguna certeza de que a partir del 1 de enero el Ejecutivo de Pedro Sánchez recupere la anterior medición de emisiones, lo que repercutiría en un aumento de los precios de los vehículos. Los concesionarios entienden que en la situación actual.
Además, es probable que muchos clientes que encarguen a partir de ahora sus vehículos tengan que esperar varios meses, probablemente hasta el próximo año, por lo que se verían afectados por la supuesta subida de los tramos de medición de emisiones, con un precio diferente al pactado en la actualidad. Por ello, los empresarios esperan que el Gobierno otorgue una moratoria a esta modificación del impuesto de matriculación. De momento, los concesionarios tratan de complacer las demandas de los clientes a la hora de adquirir un vehículo nuevo, aunque la demora mínima alcanza ya los tres meses.
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