Rosa Cordovilla a las puertas de la zona de broncoscopias en la que trabaja.

“En el 15% de los pacientes la neumonía que provoca el COVID es grave”

La neumóloga Rosa Cordovilla advierte de que cualquier persona que contraiga el virus puede desarrollar una neumonía y su evolución dependerá de la respuesta inmunológica que en ocasiones deriva en alteraciones pulmonares

Jueves, 28 de enero 2021, 17:58

La neumonía es una de las complicaciones más frecuentes del COVID-19, de forma que los neumólogos se han convertido en una figura clave en el tratamiento de estos pacientes. Rosa Cordovilla, jefa de Sección en el Servicio de Neumología del Hospital de Salamanca y coordinadora del área de técnicas y trasplante de SEPAR (Sociedad española de Neumología y Cirugía Torácica) explica las claves de esta enfermedad a nivel pulmonar.

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–¿Cuál es la situación ahora mismo en el Hospital en este ámbito de la Neumología?

–Los neumólogos estamos involucrados en la atención al paciente COVID desde el primer momento de la pandemia y lo hacemos desde distintas perspectivas dado que la afectación respiratoria es muy frecuente y generalmente la más grave. De hecho, la neumonía es una de las complicaciones más frecuentes de esta enfermedad, que en algunos casos es leve, pero que en el 15% de los pacientes es una neumonía grave. Hasta el 20% de estos casos graves requieren ingreso en UCI y, aproximadamente, el 50% de ellos precisan de ventilación mecánica, tanto invasiva como no invasiva. La ventilación no invasiva, que no exige sedar e intubar al paciente, es nuestra principal responsabilidad en la atención a los pacientes COVID hospitalizados. Además, los pacientes ingresados en la UCI precisan de broncoscopias con el fin de mejorar la vía aérea y permitir una mejor ventilación, y es preciso también realizar un seguimiento en los pacientes que presentan disnea tras la enfermedad, esos pacientes son estudiados en la consulta de Neumología y, en caso necesario, se les realiza unas pruebas de función pulmonar, también realizadas por neumólogos del hospital.

–Hay casos de personas relativamente jóvenes y sanas con neumonía por el COVID ¿por qué?

–Cualquier paciente con COVID-19 puede desarrollar una neumonía. Tienen más riesgo de desarrollar neumonía, y sobre todo de que esta neumonía evolucione peor, aquellas personas con enfermedades cardiacas o respiratorias, diabetes, tabaquismo activo, inmunosupresión u obesidad. No obstante, puede desarrollar una neumonía por SARS-CoV-2 cualquier persona.

–¿Y estás neumonías son más resistentes y graves?

–Efectivamente, las neumonías que estamos viendo por COVID, más que resistentes, son más graves. Los factores de riesgo de mala evolución son los que he nombrado previamente, y probablemente algunos otros que aún desconocemos. En estas neumonías, independientemente de la infección por el virus, se produce una “tormenta inmunológica” que es la responsable de las alteraciones pulmonares. Por tanto, a diferencia de las neumonías infecciosas por otros gérmenes, cuya respuesta al tratamiento antibiótico es fundamental, la neumonía por COVID tiene mucho más que ver con la respuesta inmunológica y no con el propio virus.

–Desde la Sociedad española de Neumología y Cirugía Torácica están haciendo un estudio para conocer las secuelas pulmonares que deja el COVID-19, ¿qué saben hasta ahora?

–El registro de pacientes con COVID-19 (RECOVID) promovido desde SEPAR incluye datos del episodio agudo que requirió hospitalización, pero también datos evolutivos post-COVID, sin embargo, aún no estamos en disposición de poder ofrecer resultados ya que la segunda y tercera ola han dificultado la recogida de datos por parte de los neumólogos, dedicados casi de forma exclusiva a la atención de pacientes agudos. En nuestro hospital, en el momento actual realizamos control en una consulta ambulatoria de algunos pacientes que han pasado la COVID-19, fundamentalmente aquellos que presentan disnea o dificultad para respirar. La secuela respiratoria más grave es la aparición de fibrosis pulmonar, que condiciona esa disnea. Afortunadamente es mucho menos frecuente de lo que pensábamos en un principio y la mayoría de estos pacientes mejoran mediante la rehabilitación respiratoria. Sin embargo, en los casos más graves de fibrosis pulmonar aún no hay datos que nos permitan hablar de un pronóstico o un tratamiento claro.

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–¿Cómo influye el consumo de tabaco en la infección por COVID?

–El humo del tabaco deteriora los mecanismos de defensa del sistema respiratorio y, por lo tanto, favorece la aparición de infecciones respiratorias entre las que se encuentra la COVID.19. Eso explica que los fumadores tengan una mayor susceptibilidad a infectarse por SARS-Cov -2 o de padecer la enfermedad COVID-19 con mayor severidad, como necesidad de cuidados intensivos, ventilación mecánica y muerte.

–Los hospitales vuelven a estar llenos, ¿qué pasa con los enfermos de cáncer de pulmón?

–Es evidente que la incidencia de casos en Salamanca se ha multiplicado en las últimas semanas y esto ha motivado un número importante de ingresos en el hospital de forma muy rápida. Esto supone que los recursos disponibles hay que adecuarlos a la atención de los pacientes, tanto de COVID como de otras patologías y que, en muchos casos, los pacientes crónicos ver postergada su asistencia. En el caso del cáncer de pulmón, el servicio de neumología tiene una consulta de diagnóstico rápido que no ha dejado de funcionar durante toda la pandemia y en la Unidad de broncoscopias del servicio de Neumología tampoco se han dejado de realizar pruebas diagnósticas, posponiendo otras técnicas menos urgentes. Es verdad que la dedicación a los pacientes COVID puede retrasar la realización de estas pruebas, pero no es un retraso importante para estos pacientes.

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–¿Hay motivos para pensar que las distintas cepas provocan distinta evolución de la enfermedad?

–Hasta donde yo sé, no hay estudios concluyentes todavía.

–Muchas personas al sentarse en una terraza se quitan automáticamente la mascarilla ¿es un error?

–El virus SARS-CoV-2 se propaga principalmente por medio de “gotitas” generadas por una persona infectada a través de la exhalación, aerosoles, contaminación de superficies y, posiblemente, por vía oral-fecal. La mascarilla es una de las barreras más efectivas contra la dispersión del virus. Por este motivo, la mascarilla debería llevarse en todo momento y retirarla el mínimo tiempo para comer o beber. Tampoco es recomendable fumar en las terrazas y espacios públicos donde no se pueda garantizar una distancia mínima de 2 metros porque el riesgo de contagio aumenta tanto para los fumadores como para las personas del entorno.

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–¿Alguna recomendación?

–Cumplan las normas establecidas: lávense las manos, usen mascarilla, mantengan la distancia de seguridad, eviten reuniones innecesarias incluso en su propio domicilio, no acudan a espacios cerrados con aglomeraciones y esperen que les toque el turno para vacunarse. ¡Cuídense!

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